Si Bilboloop lleva 17 años copando de música el otoño bilbaíno será porque algo está haciendo bien. El cartel de este 2018, como de costumbre, ha intentado perfilar la actualidad musical de lo concreto a lo general, es decir: hemos escuchado sonido elaborado en la región, en el país y fuera de sus fronteras con Lester y Eliza, BayWaves y Hey Charlie como embajadoras y embajadores de las tres categorías. Para poner la guinda este año, la afterparty la jalearon la pareja artística Esteban y Manuel y los Dj Txufo Wilson y Jonzu.
A lo largo de sus ediciones, este pequeño festival ha acogido a bandas como Cristal Fighters, El Columpio Asesino, Delorean o Hinds que posteriormente han despegado en el panorama musical nacional e internacional como un satélite moscovita. Este año la programación se ha partido en dos con un mes de diferencia entre jornada y jornada pero al mismo tiempo, esta primera entrega da el pistoletazo de salida a los eventos musicales más importantes que acogerá este año a la capital bizkaina: el festival BIME y los MTV EMA que se sucederán progresivamente los próximos fines de semana.
Empezaron los bolos con alrededor de media hora de retraso pero la actuación y la música de este cuarteto bilbaíno Lester y Eliza (foto inferior) disipó, seguro, cualquier desazón impaciente. Las primeras melodías que presenta esta joven banda evidencian el espíritu del jazz y el blues del que respiran pero la fuerza de los líricos encasilla su sonido en los dominios del pop pegadizo, brillante y elegante con algún suspiro grunge “cobainiano”. No exentos de problemas en la mesa de sonido, no pudimos resistir acordarnos de Marlango y confundir constantemente la intensa voz de Helena Malvido con la de Leonor Watling. Este cuarteto tiene publicado un EP y ya han girado por bastantes ciudades del estado. Actualmente se encuentran sumergidos en la producción de su primer LP del cual tuvimos la suerte de escuchar en premiere un par de temas además de los preciosos “Great expectations” e “It’s not coming” que ya tenemos tatuados a fuego en la piel. Entre los cuatro componentes estructuran realmente bien el sonido de una banda realmente jóven en la que este medio ha puesto el foco en otras ocasiones, que engancha musicalmente y de la que esperamos expectantes e impacientes sus próximos proyectos.
El segundo bolo lo defendió una banda que también supuró el espíritu de Cobain pero esta vez con un ritmo notablemente más tirando al pop comercial, grunge y punk. Hey Charlie (foto inferior) empezaron un poco tirantes en los punteos pero se soltaron con facilidad y el público respondió muy positivamente. Por cierto, volvió a pasar eso de que el sonido no fue el mejor que pudo ofrecer la sala Antzoki. Las melodías de la música de Hey Charlie juegan constantemente con armonías en las voces que remarcaron cuando Lauren, la baterista y coros salió a cantar una balada que defendieron a tres voces y guitarra. Con melodías sencillas, los temas se iban encajando entre ellos y escuchamos algunos riffs metaleros con sacudida de melenas constantes. Hicieron un bolo muy decente. Nuestro espíritu teenage se emocionó al escuchar el mítico “Teenage dirtbarg” de Wheatus que se marcaron en mitad del bolo. Después de escucharles y verles tiradas en el suelo en los últimos temas, el maravilloso rasgueo de guitarra con micrófono en “Love machine” y posterior lanzada al aire, solo nos queda decir que esperamos verles de nuevo por estos lares.
El cuarteto Baywaves (foto inferior y encabezado) con epicentro madrileño trabaja un sonido más envolvente que las anteriores bandas. Una mezcla de pop y psicodelia arropada por un parasol dreamy veraniego construido por una trabajada línea de bajo, lánguida voz efímera, riffs hipnóticos y beats poperos a la altura de tal potente combinación. En este caso, la mesa trabajó mejor el sonido sin olvidar los terribles acoples en los bajos del final del concerto. Baywaves se ha ganado el respeto nacional e internacional y un gran número de seguidores al ser considerados dentro y fuera de nuestras fronteras como grupo revelación y al haber tocado en festivales como el FIB, Primavera Sound y el SXSW de Austin, Texas. Escuchamos su nueva pieza “Over time” (2018) que deja asomar ritmos alimentados de funk almibarado y coros nutridos de delays. Este año han publicado (además) “It´s been like”, un segundo EP en manos del sello británico Art is Hard Records que disfrutamos y bailamos. Para empezar a comprender su música hemos de viajar primero al universo AOR y después deslizarnos a las aportaciones de bandas como Stereolab o Tame Impala. Hemos de realizar la mención especial a la energía serpenteante de Fran Bassi al bajo que aumentó la intensidad y la pasión que necesita este género. El público respaldó en todo momento al grupo pero podía haber acompañado más. El cuarteto se encuentra de gira y sus próximas paradas serán este mismo fin de semana en el All Year’s Leaving Festival de Birmingham y la ciudad de Liverpool en Reino Unido.
Un festival no es un festival si no tiene un buen after para sellar la experiencia. Este año Bilboloop lo ha organizado en Stereorocks. Ambiente tropical para continuar la fiesta de la mano del dúo artístico Esteban y Manuel (foto inferior) que caldearon al personal e hicieron que el baile y el alcohol se fusionaran en sensual cortejo. Ahora si, pinchada etérea e intensa del Txufo Wilson (Empty Files) y Jonzu para culminar esta primera entrega de la 17 edición de Bilboloop. Eran alrededor de las tres de la mañana, hora mágica en la que dejamos construir lo sucedido a la imaginación de los lectores y las lectoras.
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