Domingo 5 de junio de 2016
El domingo los supervivientes del festival -y quien quisiera acercarse, claro- aún podían despedirse por todo lo alto con los conciertos gratuitos del raval. Como sobrevivir sobrevivimos pero costó un tiempo recuperarse y mover los pies hasta allí llegamos para ver como Mudhoney desplegaban su arsenal ante una plaza de Joan Coromines prácticamente llena (a pesar de que no se podía entrar con bebidas, para desgracia colectiva). Pocas cosas nuevas que decir de Mudhoney: tiraron de hits, sonaron bien y su directo fue similar al que vienen haciendo los últimos años. De todos modos, siempre está bien reivindicar a una banda que supo basarse en el garage sesentero haciendo algo diferente y personal, cosa que sucede menos de lo deseable últimamente.
Y hablando de garage, uno de los responsables de la buena salud actual del género subían al escenario a continuación. Había cierto temor por ver el concierto de Black Lips (en la foto), ya que en los últimos años se han mostrado un tanto irregulares, pero no se puede negar que el de ayer fue un bolazo. Lo que hacen es conocido por todos, cómo lo hacen también, así que poco más voy a descubrir. Uno de los mejores conciertos recientes de los de Atlanta, con rollos de papel higiénico volando continuamente, himnos destartalados y la sorpresa del festival: a mitad de concierto invitaron a “un amigo” a salir al escenario, y ahí mismo se puso de rodillas y pidió matrimonio a su novia, que dijo que sí entre los vítores del público. Cierre por todo lo alto para un Primavera Sound que parece haber tocado techo con esta edición.
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