Ama Lou
Domingo
El dream pop -mezcladito con electrónica downtempo y algo de soul- volvió a hacer acto de presencia con Buzzy Lee, alias tras el que se esconde Sasha Spielberg (sí, de los Spielberg que estáis pensando). Y suena a clase alta, efectivamente. Es probablemente su proyecto más sólido en lo sonoro, pero no termina de encender una chispa que lo convierta en algo memorable más allá de la anécdota. Es cierto que la segunda mitad del concierto mejora, que hay momentos con fuerza en la recta final y que se marcó un puntazo de los grandes versionando el Por qué te vas de Jeanette. (DGC)
Junto con Ama Lou, Stella Donnelly fue la gran revelación del domingo. Y por sorpresa, porque a esas alturas del festival pensar en una cantautora cuya música han definido como bedroom folk y lo-fi daba un poquito de pereza. Pero ella tiene algo especial. Te la crees. Tiene algo de su compatriota Courtney Barnett, un don para escribir letras perfectas que parten de la cotidianeidad post-millennial y canciones redondas que pasan del victim blaming a las citas desastrosas de Tinder, del desamor y las relaciones fallidas al odio a tu jefe, todo con humor sarcástico y mala hostia a partes iguales. Ah, y dedicó una a los camareros (la clase, como en el caso de Buzzy Lee, se nota). (DGC)
A Beyoncé le duelen los talones últimamente. Normal: no paran de darle pisotones. Si el pasado Primavera Sound fue Jorja Smith la que machacó los pies de la ex-Destiny’s Child, postulando a gran promesa del r&b a medio plazo, en este Primavera Club hay un nombre que todavía ha pegado más duro a la cantante de Houston. Soltura incontrolable y pasando por los pelos de la veintena: Ama Lou tiene en DDD (2018) el ‘efecto fisioterapeuta’; es sonar su voz y los ojos se cierran, la musculatura de cuello y hombros se relaja y las piernas flojean. Más, por favor. (YSI)
El hype por las nubes. Y con un sólo tema. Pero qué tema: No sabes mentir ha sido la carta de presentación de Cupido (Pimp Flaco y Solo Astra) y tal vez la canción del universo trap y bases ochenteras más infecciosa desde Mi chulo, la versión de El Último Vecino del mítico tema de la Zowi. Nadie dudaba que la [2] de Apolo se iba a venir abajo con el pelotazo, una oda al amor romántico de bases brillantes. Más incógnitas despertaba el resto del bolo (todavía no se conocen más temas de la banda), pero a juzgar por la reacción del personal, las nuevas –en la línea de No sabes mentir– gustaron y las demás, de la discografía de Pimp Flaco (además de alguna con Kinder Malo, que subió al escenario), con el nuevo envoltorio, todavía más. Me da igual ganó una fuerza inusual apoyada en Solo Atlas y Flaco cantó, apoyado por el autotune con un efecto eco que ni en Atapuerca, desenvuelto y alegre. “Os quiero”, repitió. Fue mutuo. (YSI)
No deja de ser llamativo que el número de lanzamientos de Hnos Munoz prácticamente supere en número a sus escasísimas apariciones en directo. Así pues había expectación y curiosidad entre el aproximadamente centenar de personas que se dieron cita en El Cielo de Barceló para atender al concierto del dúo malagueño asentado en Madrid. Las características del escenario, que no permitía incorporar audiovisuales, de alguna forma condicionó un show que fue de menos a más, con el dúo quitándose progresivamente de encima la timidez. En directo sorprende gratamente el juego de voces, que se dan réplica, se doblan y complementan sin trucos de edición. Y a pesar de que su propuesta está lejos de los fuegos de artificio y la actitud expansiva de otros nuevos valores de la música urbana actual (Hnos Munoz son, definitivamente, “otra cosa”) el proyecto se encuentra en el momento justo de dar un definitivo salto hacia adelante. Pero para ello deberán actuar mucho más y terminar de consolidar el show. (LJM)
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