Seguramente ni tú, ni yo, ni el tío que twiteó por primera vez que la música murió, hace mínimo, 20 años… -bueno, quizás él sí-, esperábamos empezar esta crónica hablando de Daddy Yankkee. Pero resulta que el pasado 22 de noviembre los británicos Porridge Radio subiendo al escenario al son de zúmbale mambo pa’ que mi gata prenda lo’ motore’. Una declaración de principios, el rock sigue, pero ha cambiado. Después de su casi-presentación del "Waterslide, Diving Board, Ladder to the Sky" en el Primavera Sound, cuando se vieron obligador a ofrecer una versión más intimista porque el Brexit, Los de Brighton tomaron la 2 de Apolo para acercarnos a su tercer álbum de estudio.
El magnetismo y carisma de Dana Margolin es inegable. Uno, dos, tres, cuatro, -como solo lo puede pronunciar un guiri- don't you know what I've been waiting for? Abriendo así con "Give/Take". Se hace curioso, y liberador, escuchar algo que hasta el momento, solo ha existido entre nuestras paredes de confinamiento. Pero esto iba de presente. Seguidas, tres de sus mejores cartas del último disco: "End Of Last Year", "Trying" y "Splintered". Ordenadas así, parecían llevarte a una especie de baile de final de curso al que nunca habías ido, pero podías recordar. Salieron también a pasear los dos sencillos que lanzaron a finales de 2020, "Good For You" y la brillante "7 seconds". Y a diferencia de su versión de estudio, esta vez, la voz de Margolin se quebró en la justa medida para que no lo hiciera la nuestra.
La fórmula de Porridge Radio es infalible. Los bucles infinitos, los sentimientos desgarrados, y esa repetición constante de las letras que acaban por convertirse en una especie de mantra más allá de su significado. Lo digo ahora, porqué la fuerza que se concentró en la sala cuando escenario y publico repetían I don’t wanna be love fue algo sobrecogedor. Pero el punto álgido llegó cuando Margolin bajó del escenario. Nos miró directamente a los ojos con "U Can Be Happy If U Want To". Escuchar Porridge Radio es no poder escapar de la mirada de aquello que siente, y esta vez fue literal. A partir de ahí la intensidad solo fue a más. Las guitarras fueron más duras en "The Rip" y las baterias más fuertes en "Long". Y entonces fue cuando, triunfantes, tocaron "Back to The Radio". La maestría con la que compusieron este tema hace que solo puede ser la apertura de un gran momento o la fuga perfecta ante una historia que se podría dar por perdida antes de la última batalla. Bajaron del escenario. Épica embriagadora. Pero como en esta vida hay que ser algo juguetón, volvieron a subir e hicieron una cover de Animal Collective y nos recordaron que ante todo, las guitarras siguen siendo sexies, guiñándonos el ojo con "Sweet".
Visionarios de internet, estén tranquilos, mientras que Porridge Radio sigan subiendo a los escenarios, vuestro querido rock, que ahora también es el nuestro, está en buenas manos.
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