Dar fiesta, pulir fiesta
ConciertosPony Bravo

Dar fiesta, pulir fiesta

8 / 10
Joan S. Luna — 29-04-2024
Empresa — Paral·lel 62
Fecha — 26 abril, 2024
Sala — Sala Paral·lel 62, Barcelona
Fotografía — Montse Galeano

Los sevillanos Pony Bravo son una rara avis en la escena musical española. Lo han sido desde sus inicios, remando prácticamente a contracorriente y haciendo la guerra por su lado. No se han afiliado a modas para obtener rédito, no han forzado su propuesta para ampliar su radio de influencia, no han dado su brazo a torcer frente a una industria que suele fagocitar y replicar cualquier propuesta con personalidad propia. Y precisamente por todo ello siguen manteniendo su creatividad y sus inquietudes personales como músicos intactas. La creatividad sin presiones como eje principal de su universo. Es curioso porque mientras el trabajar sin esa presión podría convertirles en una banda autocomplaciente, Pony Bravo parecen retarse a si mismos disco tras disco. Sus señas de identidad siguen ahí, claro está, pero su paleta se va ampliando disco a disco, sin desaprender jamás todo lo aprendido hasta ahora. Eso les honra, sí, pero sobre todo les convierte en uno de esos grupos cuya longevidad no depende en lo más mínimo de factores externos.

Dicho esto, habrá quien piense que el tiempo no juega a su favor desde que alcanzaron, hace ya una década, sus mayores cotas de popularidad con De palmas y cacería (13). Incluso los habrá que piensen que perdieron el tren del éxito, pero tanto los unos como los otros no podrán estar más equivocados. Daniel Alonso, Darío del Moral, Pablo Peña y Raúl Pérez se bajaron voluntariamente de un ferrocarril que se dirigía hacia un lugar al que nunca habían querido dirigirse. Lo que ahora les apetece es subirse de vez en cuando, apearse en alguna estación cuyo nombre despierte su curiosidad y así ir reapareciendo desde entonces con espectáculos cuidadísimos y discos de título escueto (“Gurú”, en 2019, y “Trópico”, hace apenas unas semanas).

Por suerte, tanto para ellos como para nosotros, buena parte de su público sigue ahí. Su público natural, me refiero. Ese que entiende que su inclasificable carisma, su deje andaluz, el krautrock, el punk funk, su humor corrosivo y su crítica afilada forman un todo en el que también puede haber lugar para que se cuelen sonidos disco o lo que haga falta. Ese que disfruta tanto cuando fluyen con la parsimonia del dub con las proyecciones de Los Voluble y las imágenes alocadas de Alonso cubriéndoles las espaldas como cuando cierran su show con el divertidísimo spoken word de “Mi DNI”, repetido palabra por palabra por buena parte del público, o despliegan su cara más electrónica hasta el día de hoy.

PonyBravo.MontseGaleanoWEB2

Sin faltar al respeto a Los Voluble –el fin de fiesta ideal– o a unos Nerobambola con Tarta Relena –sólidos con su propuesta math de largos desarrollos y golpes controlados–, aquella noche estábamos ahí para recordarle a nuestros amigos sevillanos que estamos de su lado, que queremos que sigan así porque hace falta gente como ellos. Y qué mejor manera de recordárselo que cantando con ellos “El político neoliberal”, “La rave de Dios”, “Totomami” o “Noche de setas”, por citar algunas, o serpenteando nuestros cuerpos al unísono mientras interpretan “C’est Chic. C’est Bon”.

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