Primer fin de semana del festival Pirineos Sur en el Auditorio Natural de Lanuza y éxito total de público. Como ocurre en todos los festivales que “vuelven” después de estos dos años de pandemia, se podía escuchar la repetida la frase: “había ganas de Pirineos Sur”.
Los dos primeros días se agotaron las entradas (4900), y el tercer día, siendo domingo, tuvo también una muy buena acogida (3500). En total más de 13000 personas pasaron por ese anfiteatro frente al espectacular escenario montado encima del agua del pantano de Lanuza.
A un año de cumplir treinta muchas cosas han cambiado en el festival. Para empezar hasta el clima, antes venías aquí en pleno verano y no podías olvidar traer equipaje de invierno. Ahora, o al menos este fin de semana, podías estar hasta con manga corta.
Lanuza era un pueblo derruido cuando a un visionario (Luis Calvo), se le ocurrió montar un festival lejos de cualquier núcleo urbano y en medio de la naturaleza. Ahora es un pueblo precioso totalmente reconstruido.
La idea original de que las músicas del mundo fueran el guión de la programación, como punto de encuentro entre contenientes, culturas y sonidos, se convirtió en su sello de identidad. En los últimos años, la programación, aunque conserva la filosofía que lo vio nacer, admite inserciones de estilo variado. Hay que entender también que ha pasado de ser un festival público a privado.
No menos importante es que el festival nació para potenciar el turismo cultural en la provincia de Huesca, más concretamente en las comarcas del Valle de Tena y Serrablo. Quizás este largo fin de semana ha podido ser uno de los más provechosos económicamente.
Y por último, y no menos importante, el público. Sobre todo el primer día, mucha gente joven acudió por primera vez a este festival. Sin duda algo positivo para su futuro.
Estopa - Foto: Hara Amorós
Viernes 15 de julio de 2022
Aclarado esto, el festival lo abrieron Maruja Limón, grupo femenino muy rumbero y con unas letras que invitan a la reflexión, sobre todo desde el punto de vista de la mujer. Lo suyo no es simplemente un grupo festivo de rumbas, va mucho más allá. Han sabido encontrar un punto intermedio entre la "seriedad" de las Migas y la experimentación de Ojos de Brujo. Su combinación natural de rumba, flamenco, pop, rock, balkan y ritmos latinos, las hace especiales. Han crecido en pocos años considerablemente y su directo, con una cuidad puesta en escena, ha ganado muchos enteros. Solo hace falta ver la gira que tienen este verano donde, aparte de recorrerse medio país, estarán tocando en festivales de “world music” de Portugal, Italia o Francia.
A pesar de que el impaciente público había venido a ver a Estopa, supieron mantener la atención durante la hora y cuarto que estuvieron en el escenario. Arrancaron fuerte con “Merceditas” de su último trabajo “Vidas”, que fue el núcleo de su concierto, y con una dedicación especial a las mujeres con cáncer de mama.
En el escenario las dos voces al frente, guitarra y trompeta flanqueándolas y atrás batería y bajo (reciente novedad en la formación). “Esperamos que esta noche arda el fuego en Huesca” dijeron, y recuperaron el flamenquito “Échale limón” de su primer disco. Se pusieron rockeras con “Enredaderas” o con “Ante mí”, con el que acabaron todas por el suelo. Tuvieron su momento relajado con “Voy a lo que voy” y “Te quiero”. Reivindicativas con “Cárcel”, dedicado al colectivo trans, y con “Sombras”, para los exiliados.
Las catalanas rompieron esa barrera entre público y artistas con la romántica “Ataque de pasión”. Acabaron rumberas con “Barna” y con “Rumba mix”, un “medley” que mete en una batidora el “Te estoy amando locamente”, el “Achilipú” o el “Ni más, ni menos”. Se fueron diciendo que nos dejaban con Estopa,, un grupo de referencia para ellas.
Pues con los de Cornellá llegó la locura. Entró la banda que se situó detrás, salieron los dos hermanos, se acercaron al micro, cantaron “Fui a la orilla del río…” y cinco mil voces respondieron al unísono, “y vi que estabas muy sola”. De repente se quedaron atónitos, porque desde el público empezaron a salir espontáneos “bañistas” que se pusieron a bailar en el agua que hay entre escenario y el anfiteatro.
Tras la sorpresa siguieron con “Vino Tinto” y al acabar saludaron con un “¡Buenas noches Lanuza, buenas noches Aragón!”. Pero parecía que no conocían el lugar donde estaban y sorprendidos por lo espectacular de ese escenario, soltaron riendo a la ya treintena de personas que chapoteaba delante de ellos, “¿pero que hacéis en el agua, sirenas?, ¡que paranoia de lugar!”.
A partir de ahí la fiesta ya fue continua. Tienen un setlist de éxitos imbatible entre el que intercalaron eficazmente temas de su último disco, pero con una efectividad completa. Dedicaron “Camiseta de Rokanrol” a Fito & Fitipaldis, y hasta sonó como si estuviera allí el de Bilbao. Hicieron un “Partiendo la pana”, tema que parece rendir tributo tanto a Albert Pla como a Rubén Blades, donde la banda se explayó a gusto tomando el frontal del escenario. Y hasta se pusieron blandos con la balada “El último renglón”. Momento que aprovecharon para expresar su satisfacción por compartir escenario con las Maruja Limón, y se les notó esa humildad sincera.
Imposible que no cantaran “La raja de tu falda”, canción que hace más de veinte años sonaba en todos los radiocasete de los coches, y tampoco faltó “El del medio de Los Chichos”. En esos momentos la alegría colectiva se apoderaba del lugar y solo había caras de satisfacción. Pausa sentimental al dedicar “Te vi te vi” a su abuela Juliana y cariño colectivo para con Jose al cantar “Ya no me acuerdo”.
Acelerón de nuevo con “Pastillas de freno”, recuerdos su antiguo trabajo; “Me falta el aliento” con un Anye Bao (director de la banda) tremendo a la batería; “Paseo” que volvió a encender al público que coreó a gritos “no nos da la gana de ponernos serios” y la arrolladora “Fuente de energía” que podría poner en duda de si Estopa son un grupo rumbero. Pero sí lo son. Son pura herencia de la rumba catalana, ese género que desarrolló la comunidad gitana en Barcelona, tomando elementos de la rumba flamenca con influencias de la música cubana y del rock&roll. Quizás por eso se quedaron los dos solos con sendas guitarras para recuperar un tema tranquilo y maquetero, “Escúchame princesa”. Pero solo fue una excusa, ya que la recta final con “Ojitos rojos”, “Cacho a cacho” (su mejor canción según ellos y un acertado retrato de la Barcelona quinqui de los 80’) y “Como Camarón” dejaron contentos a todos y más aún a la treintena de fans que seguían bailando en el agua. “No se nos olvidará nunca este concierto” dijeron antes de irse. Seguro que a esas casi 5000 personas, que no pararon de cantar y bailar, tampoco.
Sábado 16 de julio de 2022
Tras la fiesta rumbera del viernes el listón estaba bien alto, pero ahí estuvieron Residente y Rayden. Salió a escena primero el de Puerto Rico, unos minutos más tarde de lo previsto y con la voz algo más ronca de lo normal, pero se encontró con un público totalmente entregado a sus rimas.
Las casi 5000 personas que habían agotado el papel de ese día, corearon la inicial “Bzrp Music Session, Vol. 49”, que él considera que es “Pa divertirme”. Con ese implacable tema está abriendo sus shows en esta gira, aunque para René no es una gira, sino que es volver a conectar con la gente de España. “Flow HP”, que hiciera con Don Omar, demostró esa conexión con todo el público gritando: “vengo con un flow, hijueputa” y con esa tremenda banda que le acompaña metiendo unos arreglos jazzies.
A partir de ahí un recorrido amplio por los temas de Calle 13, que empezó con “Atrévete-te-te” y “Cumbia de los aburridos”. Ya en ese momento había una treintena de personas en el agua frente al escenario, algo que satisfizo a René que afirmó, “hay mucha gente en el agua, eso me gusta, hay que celebrar la vida por los que ya no están”. Eso espoleó aún más a los “bañistas” que empezaron a salpicar tanta agua que casi llegó hasta la mesa de mezcla.
“Baile de los pobres”, “El aguante” y “Pal norte” fue otro trío de hits. René confesó entonces que padece de déficit de atención y que un día viendo películas de Emir Kusturica escribió “Fiesta de locos”. En eso se convirtió Lanuza con todo el público coreando la canción, de pie y bailando, y hasta su hermanastro Gabriel apareció en el escenario y se puso a bailar con él.
Ya en la recta final y tras un emotivo “Latinoamérica”, sonaron un par de temas más actuales y que sí están a su nombre, el reivindicativo “This is not Ameríca” y “El futuro es nuestro”, con ese final balkan que grabó junto a Goran Bregovic. Después de la vibrante “No hay nadie como tú”, improvisó mezclando tres temas, “Suave”, “Tango del pecado” y “Bellacoso”, para acabar con el alocado “Vamo’ a portarnos mal”, que dejó agotado y satisfecho a todo el público.
Dura labor para Rayden el tocar después de Residente, pero resultó que un buen número de público también había venido por él. El madrileño es uno de los rapeadores más rápidos y locuaz del país, y sobre todo sin complejos musicales. Además con una banda muy potente detrás y un motivado Mediyama a los apoyos vocales.
Baste decir que empezó con “Calle de la llorería”, ese tema que se ha hecho popular gracias a Eurovisión, para seguir con el vehemente “Gargantúa”: “me miran de reojo, pero odiar es para flojos”. Hizo un repaso a sus discos con “A mi yo de ayer”, “Itaboy”, “Habla bajito” y “Finisterre”, todo casi sin pausa. “Queremos hablar poco y cantar mucho y vamos a hacer todo lo posible para que lo disfruten” dijo, y por la buena cantidad de “bañistas” que estaban chapoteando en el agua, se diría que lo consiguieron.
Anunció que iba a cantar “No hay otro” (que en estudio había grabado con El Momo, segundo micro de Kase.O), y la sorpresa es que apareció allí y la hicieron juntos. Ya casi cerrando hizo una petición a Pirineos Sur a través de la emotiva “Haz de luz”, donde dice “quiero que nos volvamos a ver”. Acabó con ese hit cuasi pop de “La mujer cactus y el hombre globo” y “Matemática de la carne”. De hecho esta actuación está enmarcada dentro de lo que es su gira “Homónimo” que celebra sus 20 años en los escenarios y que en noviembre lo llevará a Chile, Uruguay, Paraguay, Argentina, Perú, Ecuador, Colombia y México. ¡Ah! Mediyama acabó lanzándose al agua peligrosamente.
ZOO - Foto: Hara Amorós
Domingo 17 de julio de 2022
A pesar de ser domingo y en un lugar como Pirineos Sur, lejos de cualquier gran ciudad, muchos de sus fans estaban allí para apoyar y disfrutar de Zoo. Esa banda valenciana se ha hecho un sitio importante a base de rapeados suaves pero contundentes y reivindicativos, además en valenciano.
En el escenario dos vientos, bajo, guitarra, dj y teclados y el carismático Panxo a la voz. Nada más salir y al ver el ambiente y el espectacular espacio, exclamaron, “que bonito lugar para tocar y para trabajar”. Con solo tres discos tienen una batería de temas infalibles con los que hicieron un setlist muy acertado.
Pasaron de temas más tranquilos a otros más rotundos, pero que convirtieron su actuación en una autentica fiesta, sobre todo por esa insistente base rítmica de bombo a negras, que te empuja a bailar. “Avant”, “Tir al ninot”, “La del Futbol”, “Ei”, “Diània”, “Deixam Que Caiga” o “Llepolies”, todas de su último trabajo, son una colección de himnos y en directo aún fueron más efectivas.
Entremedio también algún tema más relajado, como “Sereno”. que dedicaron a los seguidores que habían viajado desde Valencia para verlos y que, gracias a ellos, se sentían queridos. Mención especial a la locura que consiguieron con “Esbarzers” (versión de La Gossa Sorda), o ese final con “Impresentables, “Ventiladors” y el arrollador “Tobogan”.
Cada vez suenan mejor y son más impecables, baste decir que en diciembre harán un Wizink Center en Madrid y un Palau Sant Jordi en Barcelona. Palabras mayores.
Tras ellos, quizás una sorpresa para algunos, pero una certeza para los que ya los habíamos visto en directo. Los bosnios Dubioza Kolektiv. Su música tiene raíz balcánica, sin embargo la mezcla con ska, punk, reggae, o hip hop, resulta ganadora y una irresistible invitación al movimiento. Además su puesta en escena es espectacular, efectiva y divertida. Desde ese vestuario corporativo de negro y amarillo, a sus complicidades con el público. Les hicieron cantar, les invitaron a moverse de un lado a otro y hasta hicieron una caricatura sobre Eurovisión mostrando la canción que ganará en ¡2035!. Pero que todo eso no oculte que, tras la ironía, sus letras “esconden” un gran compromiso político y social.
Al inicio de su actuación, una locución femenina en “off”, nos advertía lo que íbamos a ver y nos animaba a hacer todo tipo de actos, desde rebelarse, hacer el amor o fumar marihuana. A partir de ahí no hubo descanso. En algún momento de su show hasta hubo overbooking de “bañistas” en el espacio acuático entre escenario y el auditorio, incluso hubo espontáneos que consiguieron subirse al escenario ayudados por los Dubioza.
El público se lo pasó en grande con ellos, sobre todo con temas como “Red Carpet”, que compusieran con Manu Chao, o “Hay Libertad”, con La Pegatina y que cantan en castellano. Concluyeron con la trepidante “Balkan Funk”, agradecieron la “energía loca” del público, hicieron otra parodia con el “Don’t Worry, Be Happy” y se fueron con la vigorosa “No escape”. Para sorpresa de todos, fueron uno a uno tirándose al agua y abrazándose a los que se pasaron todo el concierto en remojo. Otros que no olvidaran Pirineos Sur. Tampoco podemos olvidar que cada uno de estos tres días, después de los conciertos, Dj Lord Sassafras nos regaló sendas sesiones rompecaderas para acabar de celebrar ese exitoso primer fin de semana de Pirineos Sur.
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