La sinfonía desnuda
Conciertos / Peter Hammill

La sinfonía desnuda

9 / 10
Tomás Martínez — 19-12-2015
Empresa — Pequeños Grandes Momentos 1906
Fecha — 14 diciembre, 2015
Sala — Teatro Nuevo Lara, Madrid
Fotografía — Alfredo Arias

Peter Hammill se las ha ingeniado durante más de 40 años para, a pesar de ser una figura reconocida del rock progresivo británico y un escritor notable, permanecer al margen del cuaderno. ¿Cómo es posible? ¿Cómo puede ocurrir que alguien que ha influido a tantas generaciones, se plante un lunes en un lugar tan magnífico como el Teatro Lara ante apenas 50 personas? Lo siento, no tengo respuesta. Fue un encuentro con un maestro del incógnito que actuó ante cinco decenas de afortunados, mostrando su hermosa forma de madurar y de iluminar.

Hammill, alma, corazón y cuerpo de Van Der Graaf Generator, eligió desgranar temas de esta banda germinal del rock sinfónico y canciones de su trayectoria en solitario (lleva desde 1971 compaginando las dos facetas). Solo al piano, desnudó su obra hasta dejarla en golpes de teclas y hermosos quejidos a imagen y semejanza de "And Close As This", su trabajo más íntimo. Los Generator, a grandes rasgos, podrían ser el sueño de haber unido a King Crimson y Bowie en la misma banda. Por eso en este recital, por momentos, cerrando los ojos, escuchabas un descarnado aullido de Space Oddity al que se le quitaba piel y carne hasta dejarlo en huesos y tuétano: la más simple y pura esencia del estilo ‘songwriter’ británico.

Punk al piano, jazz desde las entrañas, perfección pero con las costuras al aire… Todo eso y más sonó acompañado del crujir de las tablas del escenario, con un total respeto por parte de la audiencia. Éxtasis. Porque pocas cosas hay más bellas que todo un público esperando a que deje de sonar la última nota con respeto y paciencia, por mucho que quede suspendida en el aire, para romper la magia con el ruido del aplauso. Cero postureo.

La noche navegó de la particular "Too Many Of My Yesterdays" con la que comenzó el concierto, pasando por uno de los himnos de su banda, "Killer", hasta llegar a la interpretación de "Stranger Still". Una de esas canciones que puede resumir la carrera de un artista e inspirar la de muchos otros (Nick Cave o Peter Murphy, sin ir más lejos y apuntando bien alto).

Es grandilocuente decirlo, pero no menos cierto: resumió la magia de estar viendo algo que se va a ir y nunca volverá. Una experiencia particular, de otro tiempo y espacio ahí, abofeteando nuestras caras. No tiene precio un golpe de arte así de honesto. Que te peguen una hostia de ese calibre te hace sentir pequeño e insignificante, y a este delgado y desgarbado hombre enjuto al piano que es Peter Hammill le muestra tan titánico... Qué hermoso es ver una sinfonía desnuda, que hermoso es mirar a los dioses a los ojos.

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