Pedro The Lion

Hay toda una saga de músicos cuya primera escucha les convierte automáticamente en parte de tu vida, quizás antes incluso de conocerlos. Músicos como Lou Barlow, Elliott Smith, Darren Hayman, Chan Marshall, Jason Anderson, Jonathan Richman, Yo La Tengo, David Berman o Herman Düne. Con tan solo un par de discos y un par de epés, también David Bazan (Pedro The Lion) formó parte de ese selecto club. Tenía una voz cercana y unas canciones increíbles que todavía ahora cuestan dejar de escuchar una y otra vez. Pero entonces llegó “Control” y algo cambió. Escuchado tres años después, es totalmente idiota no decir que tiene canciones buenísimas. Pero algo se había perdido en el camino. Pedro The Lion ya no era el grupo que necesitábamos fuera cual fuera nuestro estado de ánimo. Ahora eran un poco mas rotundos, un pelín épicos, más rock y menos... eso, cercanos. Y en esas seguimos. “Achiles Heel” tenia también algunas canciones de la muerte, pero menos, y solo nos faltaba el directo para decidir si los añadíamos definitivamente a nuestra lista o los dejábamos en cuarentena crónica. En concierto David Bazan y los suyos sonaron perfectamente bien, él cantó incluso mejor que en los discos, todo perfecto, profesional. Las canciones siguen siendo buenísimas (echar pestes de canciones como “Never Leave A Job Half Done”, “Slow And Steady Wins The Race”, “Rapture”, “Indian Summer”, “Transcontinental” o las cinco que cayeron de “It´s Hard To Find A Friend” no tiene ningún sentido), pero por momentos deseé que nunca hubiera escuchado a Radiohead (“Bands With Managers” sonó a cara B de Coldplay), un poco menos de profesionalidad en el peor sentido de la palabra y bueno, que aquello no me hubiese dado esa sensación de estar viendo una especie de Operación Triunfo en versión emo/indie.