PEARL JAM
ConciertosPearl Jam

PEARL JAM

7 / 10
Don Disturbios — 12-07-2000
Empresa — Gamerco
Sala — Palau Sant Jordi, Barcelona
Fotografía — Mila Maluhy y M. Rossi

Es bueno que los conciertos engendren polémica. Me parece perfecto y maravilloso que la música siga despertando suficientes pasiones cómo para sostener animadas tertulias de café (¿o debería decir litronas?) que arrinconen al monotemático fútbol o al efímero fenómeno de “Gran Hermano”.

¿De dónde surge sino el criterio?, ¿cómo se forma una opinión si esta no se expone al varapalo de los que no están de acuerdo con ella? Quizás esa sea la grandeza de las pasiones. Ese es el poder de las expresiones. Eso es, y no otra cosa, lo que hace que una banda rebase el listón de la mediocridad.

Nunca, nunca, hay que dejar indiferente, aunque alguien debería explicárselo a unos Vandals, porque poco o nada funciona en un grupo cuyo show acaba siempre (y ya son muchas veces) basándose en enseñarnos la polla. Pasemos ahora a Pearl Jam.

Cierto que han perdido la fiereza de los primeros tiempos, cierto que su segunda trilogía no alcanza las históricas dimensiones de la primera, pero también es cierto que aún no han firmado un disco malo de solemnidad, ni protagonizaron un concierto mediocre. Podríamos aceptar que algunos lo tachasen de correcto. Podríamos entender que el volumen inusitadamente bajo del inicio no golpease el corazoncito heavy de muchos de los presentes. Incluso que Gossard, Ament y Cameron se hayan convertido en una máquina perfectamente engrasada (digna de Neil Young) y que, por ello, prefieran centrarse en la ejecución que en andar dando saltos en escena.

Podemos entender que se echasen en falta algunos temas (“Spin The Black Circle” o “Jeremy” entre los más evidentes), pero siempre será mejor pensar en los que sí tocaron (“Rearviewmirror”, “Wishlist” , “Alive”, “Daughter”, “Even Flow”, “Go”, “Given To Fly”, “Do The Evolution”…). Porque el suyo es un cancionero que se crece con cada nueva entrega, que madura, que se hace mayor, pero que aguanta el tipo tal y como hicieron los nuevos temas (“Breakefall”, “Nothing At It Seems”…).

Los del foso disfrutaron, un servidor disfrutó, por lo menos todo lo que se puede disfrutar en un enorme pabellón y con un espectáculo que no basa su efectividad en la pirotecnia o el maquillaje.

Disfrute porque me siguen encantando sus canciones y eso es –no deberíamos olvidarlo jamás- lo que le da entrañas a cualquier concierto.

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