Hermanamiento

SON Estrella Galicia organizó el ‘Segundo encuentro de músicos luso-españoles’, enésima iniciativa con la que refrendan su compromiso y apuesta por la música en sus diversas manifestaciones. En este caso, basada en establecer una firme relación colaborativa entre ambos países peninsulares. Una cita agendada en el hotel M.Ou.Co de Oporto, un magnífico espacio multifuncional diseñado en torno a la cultura y que, entre sus instalaciones, suma una impecable sala de conciertos.

Un escenario inaugurado por el tándem interpretativo formado por Rita Payés & Lucia Fumero, con las catalanas uniendo fuerzas en torno a un bonito concierto protagonizado por el trombón de Payés y el piano de Fumero, además del resultón efecto de las voces complementarias de una y otra. Una actuación de corte clásico apuntalada entre folclore, jazz, bossa nova, momentos cinematográficos y canción tradicional, en una mixtura bien encajada y que en la práctica luce atemporal, además de no descartar la introducción de elementos de otros géneros o épocas con los que rematar el espectáculo.

La elección lusa recaía sobre António Zambujo, reconocido músico del país vecino que, igualmente, apuesta por mimbres clásicos como punto de partida desde el que desarrollar unas composiciones que siempre tienden a rozar niveles estilísticos adicionales. El cantautor de Beja (que también bebe del cante alentejano y el fado), luce como valedor una poderosa voz que trabaja con elegancia, sentimiento y trazo fino. Esas peculiaridades guiaron una actuación impecable en sonido y ejecución, con piezas tan sentidas como poderosas definiendo (y defendiendo) el argumento que se desprende de su propuesta.

La velada terminó con la colaboración a tres bandas entre Payés, Fumero y Zambujo en otras tantas piezas bien avenidas, mostradas con convicción y que, en conjunto, probaron la química surgida entre los artistas de ambos países. Misión cumplida, por tanto, siendo que el objetivo de SON Estrella Galicia no era otro que el de fortalecer lazos entre las dos naciones. Todo, en base a ese idioma universal que ha sido, es y será, la música, (afortunadamente) incapaz de entender de fronteras.