El ciclo de conciertos Suena Conde Duque: La Escucha Activa acogió el concierto del productor Noah Lennox aka Panda Bear, una de las cabezas pensantes del grupo Animal Collective. Hace bien poco presentaba su reciente disco “Buoys” (Domino, 19), coproducido por Rusty Santos, en el que volvía a dejar constancia de su clase y finura a la hora de abordar géneros como la psicodelia, folk y electrónica, a los que hace convivir y colisionar en sus composiciones para crear piezas que se sitúan en un espacio atemporal.
El público que agotó las entradas pudo presenciar una excelente actuación audiovisual en el acogedor auditorio del centro Conde Duque, espacio que cuenta con una buena acústica y un diseño ideal para este tipo de eventos, con una pista para que la gente pueda bailar y unos asientos para los más comodones. Los promotores avisaban al principio que se iban a utilizar luces estroboscópicas para acompañar a las proyecciones y, ya de paso, acentuar los momentos más psicodélicos e intensos del set, algo que por momentos resultó algo molesto pero no llegó a penalizar un excelente directo en el que Lennox se dedicó a desgranar buena parte de su discografía, centrándose sobre todo en su último disco.
De este último trabajo sonaron temas como “Token”, “I Know Don´t Know” y “Buoys”, que fueron acompañados por unas producciones que en algunos casos se limitaban a reproducir algunas de las animaciones que se incluyen en los vídeos, pero aun así ayudaron para distraer un poco la atención del escenario, en el que sólo encontrábamos a Lennox tras unos sintes y un micro. “Comfy In Nautica” nos hizo recordar ese gran “Person Pitch” (Paw Tracks) que sacó en el 2007 y que sirvió para que mucha más gente entrase en su mundo, y con la maravillosa melodía de “Shepard Tone” alegró la noche de más de uno, gracias a esa sabia mezcla entre electrónica y pop psicodélico que incluyó en el EP “A Day With The Homies”, otro de esos trabajos a descubrir y revisitar de vez en cuando para hacer la vida mejor y más interesante. Tras una hora y pico de concierto y un par de agradecidos bises Noah se despidió del público de Madrid entre aplausos, dejando el pabellón bien alto y haciendo que la mayoría de los presentes volviesen a casa recordando sus melodías combinadas con esas proyecciones y luces que nos hicieron flotar sin necesidad de aditivos.
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