Canalla, romántico y con elegancia

Ejerció el sevillano en dúo acústico escudado por Raúl Fernández compañero de fatigas desde hace 21 años y su prolongación guitarrística. Aunque muy interesados por la cita y el lujo de presenciar de nuevo a este singular guitarrista muchos acudimos con la duda de si la ausencia de esa maravillosa banda que ejerce de orquesta de spaguetti western crepuscular se notaría en exceso.

Basto un par de temas y sendas presentaciones del protagonista para entender que lejos de perder, este formato iba a resultar doblemente disfrutable ya no solo en lo musical sino con las presentaciones del Pájaro, que ejerció con gracejo y fino humor sevillano. Entre el surrealismo y el republicanismo anticlerical, con maestría haciendo de la cita vespertina un espectáculo original.

En brillante y vibrante acústico ejecutaron Pájaro y Raúl Fernández, turnándose con naturalidad en los pasajes solistas y en las bases rítmicas. Emulando a Django Reinhardt en trotones instrumentales, recreando paisajes fronterizos con escalas de reminiscencias morriconianas pero con deje flamenco y procesionista, cantando baladas vaqueras con títulos que evocan otros lugares (“Luces rojas”)

Los momentos álgidos llegarían en bucle empezando “Costa Ballena” desarrollada en clave de blues pantanoso, brillantes los aguijonazos del Pájaro sobre las bases machaconas de Fernández, repartiéndose tareas solistas ambos músicos. El Pudridero sonó en su introducción al Elvis de “Polk Sallad Annie” antes de transmutarse en un blues flamígero con bajos de Dick Dale (que sería pronto revisado), con Pájaro punteando en clave de tarantelas italianas y el maestro Falla en ese universo musical único que desarrolla.

El azar quiso que dos cuerdas saltaran en dos momentos del concierto para que recibiéramos como regalo,mientras eran cambiadas, ,en primer lugar el “Lamento Boricano” que popularizara Victor Jara y unas canciones después cuando volvió a ocurrir le tocó el turno a “Y aunque no seas Virgen”. Recreaciones en solitario de Pájaro que emocionaron.

Aunque quizás la cumbre del concierto fue cuando ambos músicos atacaron el “Misirlou” de Dick Dale, despojándola de su efectismo eléctrico para llevarla primero por sus originales desarrollos griegos sonando mediterránea pero transmutándola flamenca al son del paso de la Macarena. Como decimos su universo musical es único e inimitable.

Atacó entonces sus dos joyas cantadas en itagnolo sevillano y canalla nos referimos a “Guarda che luna”, romántica y arrebatadora en ese formato minimalista. Y “Viene con Mei” tocada a la Celentano nos evoco viejos tiempos de champan y rock europeo. Cuando Francia e Italia exportaban sus mejores hallazgos y la cultura anglosajona no había colonizado todo nuestro dial sonoro.

Para terminar a ritmo de Calipso (¿influencia de James Hunter?) atacó “Three Steps to Heaven” (“Tres Pasos al Cielo”) de Eddie Cochran que ya hiciera con Silvio y “Perché” de nuevo en itagnolo coreado por el entusiasta público y silbado por el Maestro haciendo honor a su nombre de guerra, que se despidió canalla, romántico y con elegancia. Esperamos verle pronto con banda por estos lares.