Lastrando aún las secuelas auditivas dejadas la noche anterior por Triángulo de Amor Bizarro, asistimos a otra descarga de contundencia y mala baba en forma de concierto. Los locales Gabriel y Vencerás abrieron el escenario cumpliendo en su presentación como grupo paralelo de dos miembros de 3 Mellizas. Una prolongación más o menos lógica de la banda madre con instrumentación de corte indie noventero acompañada de letras y voz que recuerdan a El Niño Gusano, Extraperlo o Manos de Topo. La visita de los madrileños Ornamento y Delito, último fichaje de Limbo Starr, levantó cierta expectación entre el público aragonés, animando el aspecto de la sala a pesar de la coincidencia con otros eventos. La formación ha comercializado recientemente su primer disco “Rompecabezas de Moda y Perfección Moral” (Limbo Starr, 10), pero dispone de amplio currículo autoeditado resultando palpables esos años trabajados en la sombra al margen de circuitos populares. Se distingue en precisa ejecución y una complicidad otorgada por las interminables horas de ensayo, pero también en letras subversivas e irritadas, surgidas desde la sombría alineación del barrio encorsetado en la gran ciudad. Actitud punk, gesto torcido de libro y un innecesario volumen para las comedidas dimensiones del local restando presencia a las desahuciadas historias de urbe paridas por el vocalista Gari. Tras presentar al completo el mencionado álbum, el cuarteto completó cancionero con el estreno de nuevos temas y antiguas recuperaciones, visando una árida actuación de irregulares resultados.
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