Orbitas comunes
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Orbitas comunes

8 / 10
Sergio Iglesias — 26-11-2024
Fecha — 22 noviembre, 2024

Noche de lujo la del pasado viernes en la Sala Mytho. Y es que no todos los días tenemos la suerte de poder contar con tres bandazas como las que pudimos disfrutar en directo, gracias a la iniciativa “Orbitan 3”, que este año cumplía su tercera edición, impulsada por la sala Niágara de Santander, la sala Stereo de Logroño, y la asociación cultural bilbaína Rabba Rabba Hey!, para unir lazos entre los tres territorios. Una iniciativa seleccionada en el programa de ayudas culturales que financian el Área de Cultura y Gobernanza del Ayuntamiento de Bilbao, la Fundación Santander Creativa (FSC) y la Unidad de Cultura del Ayuntamiento de Logroño, cuyo propósito es apoyar proyectos que nazcan del trabajo colaborativo entre el sector cultural y artístico de las tres ciudades.

Una propuesta original que permite que en cada ciudad de origen de las bandas participantes podamos disfrutar del talento musical de nuestros vecinos, y viceversa. Tres oportunidades de oro para ver un directo, visto lo visto, muy difícil de superar. En este caso, el encargado de organizar el bolo de Bilbo fue el inquieto promotor y agitador cultural Txarly Romero que, como ha demostrado este fin de semana, está en racha, ya que al día siguiente nos agasajó con otro directo de muchos kilates con The Daltonics, Lie Detectors y Grande Royale también en la Mytho, pero esta vez en la sala superior.

Pero centrándonos en lo que dio de sí el concierto del viernes, los encargados de dar inicio al mini festival fueron los Tupper, de Santander, quienes se encuentran celebrando sus treinta años de trayectoria, y presentando su notable nuevo álbum: “Broken Dishes”. La banda que empezó haciendo punk rock, aunque poco a poco fue incorporando elementos del blues, el “garage” e incluso matices psicodélicos, se centró en esta ocasión en su repertorio de sonidos más “americanos”, y así repasaron varias etapas de su carrera, en temas como “Fool on the Ground”, “When the light goes on” o “Nadine” de “Hotel Debris”, “Beatin´the blue” de “Silver Wedding”, o “Unbroken” de su último trabajo. A lo largo de los tres cuartos de hora que duró el show, los cántabros se reivindicaron como una de las grandes bandas del género, mostrándose como una banda muy solvente y demostrando por qué después de tres décadas siguen siendo una referencia en la música estatal más underground. Un concierto que también sirvió para ver lo bien que suena todo en esta sala, gracias sobre todo, a la pericia del técnico en cuestión para este bolo: un Mikel García que lo mismo te vuela la cabeza a golpe de guitarrazos con los Kinki Boys, que te diseña el merchan para tu banda, o te sonoriza de manera magistral un bolazo como este.

Los siguientes en salir a escena fueron los riojanos El Cuarto Verde, quienes aprovecharon de sobra el rato que tuvieron a su disposición, para dar cera de la buena, con un repertorio potente y enérgico, basado en gran medida, en los temas de su último trabajo hasta el momento: el EP “Ondas de choque”, publicado el pasado año. Un auténtico cañonazo punk que en vivo se hace todavía más grande. Así pudimos disfrutar de temazos como “Tú tienes el reloj, nosotros el tiempo”, la muy “lagartijera” (de hecho, el cantante de la banda portaba una camiseta de la banda granadina, e incluso el propio Antonio Arias colaboró en la grabación de este tema) “El caos dentro de un orden no es el caos” o “La bujía”. La verdad es que, sin menospreciar a las otras dos bandas, los de Logroño fueron los que más sorprendieron por su salvaje puesta en escena, y por su actitud punk.

Sin embargo, todavía quedaba la actuación de los representantes locales. Y no estábamos hablando de una banda menor, ya que ante nosotros se presentaba la oportunidad de volver a tener encima de un escenario a La Secta, y además con temas nuevos después de décadas, tras el lejano “Fuzz Godz” de 1996. De hecho, los bizkainos centraron su repertorio en “Buscando la luz”, su último disco, que repasaron desde el principio hasta el final, dejando claro que mantienen intacto todo aquello que los hizo tan grandes, y que los convirtió en punta de lanza de una época gloriosa en la que el rock volvió a ser importante por estos lares junto a bandas como Cancer Moon o Los Bichos… ¡qué recuerdos! la santísima trinidad de una escena que fue la envidia de toda Europa, y de los que ya sólo quedan en activo ellos, y además en un estado de forma brutal, ya que las canciones de La Secta suenan como nunca. En el show tampoco faltó un breve repaso al “Blue tales”, el que probablemente sea su disco más emblemático, que hizo las delicias de los fans más nostálgicos de la banda. Los representantes de Bizkaia dieron una auténtica lección de cómo reinventarse sin perder ni un sólo ápice de actitud por el camino, y demostrando que, cuando se tiene tantísima calidad, siempre se puede ir un poco más allá.

Gran demostración, por tanto, de talento local, tanto de Bilbao, como de Logroño y Santander. Y gran iniciativa por parte de los organizadores. Además, con un cartel, como decíamos al principio, prácticamente insuperable. Esperando ansiosos la cuarta edición.

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