Un tour por Barceloka

A estas alturas tengo clarísimo que ya nada puede parar a Nusar3000, y mucho menos la farragosa lluvia que el pasado jueves sumió a Barcelona, como siempre ocurre en esta ciudad a la mínima que una gota cae del cielo, en el más profundo caos. Puede que ninguna otra climatología hubiera prefigurado mejor lo que iba a ocurrir bajo el techo de La Nau, sala que, tras acoger hace un año el ya mítico tríptico de conciertos de Ralphie Choo, parece haberse confirmado como lugar de bautizo de les futures Mesies del urban alternativo (o, como es lo mismo, como lugar de peregrinación de cualquier beato de rusia-IDK). Tras su tan entregado como madrugador show en la pasada edición del Primavera Sound, el enmascarado performer vuelve a la Ciudad Condal en la que prometía ser una enérgica declaración de intenciones por parte de un productor que cada vez se entiende más como cantante —como bien demuestra su último “3000”— o que, al menos, tiene claro que desenfundar el micro para no usarlo es de parguelas.

Acompañado de una banda de percusiones, ideal para aportar organicidad a ese heterogéneo universo de sonidos de tierra que vertebra su etnográfico último proyecto, Nusar3000 saltó al escenario propulsado por los vientos de “LEVANTE”, volviendo a confirmar que nadie ha sabido introducir el funk carioca en la escena nacional de forma tan inteligente, estilizada y autoral (recordemos que hace dos años, mucho antes de la explosión en el mainstream del género, este trovador de Soundcloud ya estaba dedicándole un remix a Rosalía bajo estos esquemas). El potencial eufórico del sonido de “3000” sometió a Barcelona a un caleidoscopio de ritmos, texturas e incluso imágenes. Y si no que se lo digan al bailaor-esgrimista que acompañó con sus movimientos a la neo-flamenca “ROSA DE JERICÓ”, demostrando que su verdadera disciplina no es otra que el arte del collage —coherencia a través de lo incoherente—.

Mientras que el saturadísimo jersey club de “MELAZA” y el reggaeton esquizofrénico de “TAUSERT” pusieron a temblar la sala, el verdadero seísmo de la noche lo provocó la motorizadamente cósmica “NASKAR”, quizás el single que mejor captura el alma polifacética del artística sin face. Tampoco creo que haya un tema mejor que este para ejemplificar el compromiso con su nueva faceta de vocalista impresionista, jugando con las texturas ya sea agudizando su voz hiperbólicamente —fascinante lo bien que funciona en directo ese “NASKAR” (Alvin And The Chipmunks cover)— como, simplemente, dejando el autotune en un cajón en canciones como “MOTA”, himno intranscriptible y al mismo tiempo infalible que supuso un final de concierto estelar. Lo que está claro es que el artista no quiere estar lejos del micrófono, hasta el punto en el que el pasado jueves no hubo ni rastro de ninguno de sus remixes (recordemos, aquellos que tiene con “desconocidas artistas emergentes” como Rosalía, Nathy Peluso, Natalia Lacunza o AMORE). Lo que demostró Nusar3000 en La Nau es un compromiso incondicional con su evolución como artista y una apuesta inagotable por su presente, siempre construido como una celebración de su pasado y una promesa de futuro.

Por eso tiene todo el sentido del mundo que el concierto del madrileño tuviera tanto de recital de “3000” como de listening party de un disco ni siquiera anunciado aún. El público de Barcelona pudo disfrutar el jueves de una infinidad de temas inéditos, entre los que se encuentran colaboraciones con artistas como 8belial de Disobey o Maria José Llergo. Estos nuevos artefactos multigénero, cuyos salvajes beat switches (una transición específica entre reggaeton & drum and bass nos hizo gritar) e inspirados samples convencieron a una pista de baile más que satisfecha. El futuro luce brillante para el hombre sin rostro. ¿Cómo se explica sino la euforia que desataron sus dos temas más recientes? La pirotecnia caroca del director’s cut de “TIGUERON” y de la aparición sorpresa de Mushkaa en “MUSHKAR3000” —¿estará el productor involucrado en el nuevo disco brasileiro de la catalana?— nos deja algo claro: Nusar3000 no tendrá cara, pero su música las tiene todas.