Pocos intérpretes en el mundo son capaces de aunar estilo, energía y pasión sobre un escenario como lo hace Eli Paperboy Reed. El huracán de soul y blues del estadounidense pasó por Madrid para festejar el décimo aniversario de su magnífico primer álbum, inédito hasta la fecha en nuestro país. En contraste con el eclecticismo sonoro que destila su última entrega, "Nights like this", y que algunos puristas del género no han sabido aceptar, Reed está celebrando la efeméride en tradicional formato de trío. A saber, con sus viejos conocidos Eli Keszler a la batería y Jake Leckie al contrabajo.
Abrieron, claro, a golpe de rock and roll clásico. "Damas y caballeros, ésta es una noche muy especial", recalcó en perfecto castellano. Enseguida, la arrebatadora "The tips of my fingers" subrayó un hecho indudable. Y es que bandas de rythm and blues y rock and roll con hechuras clásicas hay millones por todo el mundo (pocas tan buenas como ésta, eso sí), pero nadie canta ya soul tan bien como Reed.
Después se agarró a la armónica y comenzó un set de blues que acabó con una cuerda de la guitarra rota, lo que no le impidió seguir tocando, hasta llevarnos a otro apasionado número soul, dedicado en este caso a un amigo fallecido. La fantástica "Walkin' and talkin' (for my baby)", “una de las primeras canciones que escribí”, contó el artista, cerró la actuación antes de los bises. El público, en su mayoría treintañero y cuarentañero, con una llamativa abundancia de parejas, aún disfrutaría de la versión del "Shake your money maker", de Elmore Jones y, claro, del multitudinario baile final con "Take my love with you".
Antes, el español emigrado a Londres Juan Zelada, se mostró más desatado y menos enquistado en academicismos soul que otras veces que un servidor le ha visto. Solo en el escenario, se ganó las simpatías del público con notables interpretaciones al piano, como las de "Back on track" o "The blues remain".
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