El pasado viernes, la banda bilbaína No Quiero se estrenó sobre el escenario de Bilborock para presentar las canciones de su primer disco, junto con algunos adelantos de su próximo trabajo. En poco más de una hora, la banda demostró que tiene claro su camino musical: un híbrido entre el rock clásico de los noventa y estilos tan variados como el funk, el groove y el punk.
El concierto arrancó con varios temas de su primer álbum. Desde el principio, quedó patente la influencia de ese rock directo y nostálgico, con toques de irreverencia y espíritu punk. La banda interpretó un total de 17 canciones en una hora y diez minutos, un set que mantuvo la energía constante y mostró su versatilidad.
Entre los momentos destacados, sobresalió "Muérdeme", donde contaron con la colaboración al saxo de Javi Alzola, añadiendo una capa de intensidad y sofisticación al tema. También destacaron "Seis y Diez", con la inclusión de sintetizadores que le aportaron un aire fresco y algo retro, y "Cuatro Paredes", que evocó a los tiempos dorados de Rosendo, con ese toque de rock urbano tan característico.
El viaje musical de No Quiero también nos llevó a la nostalgia de los noventa. En "Dime Sara", la banda recordó a grupos como Nacha Pop, con un sonido melódico y a la vez contundente. Sin embargo, no se limitaron a una única fórmula. En su nueva canción, "Te Sigo Echando De Menos", retomaron los sonidos funky, mostrando su capacidad para cambiar de registro sin perder su identidad.
Uno de los momentos más curiosos fue la interpretación de "Elisa", descrita por la banda como "una balada que no es balada", y realmente lo fue: una pieza llena de sentimiento, pero lejos de las estructuras tradicionales del género. En "Tóxico", consiguieron evocar por momentos a unos The Cure menos oscuros, con guitarras atmosféricas que creaban un paisaje sonoro envolvente.
Para cerrar, eligieron "Mentiras", en la que se atrevieron con ritmos de ska, dejando al público con una sensación de cierre festivo y desenfadado. La banda sonó bastante bien para ser su primer concierto, aunque se notaron ciertos fallos y nervios lógicos en un debut. Sin embargo, su entrega y actitud sobre el escenario les permitió conectar con la audiencia y dejar un buen sabor de boca.
En resumen, No Quiero se estrenó con fuerza, demostrando que tienen potencial y una interesante propuesta sonora. Si este es el punto de partida, hay muchas razones para estar atentos a su evolución.
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