Vencer la pereza

La noche no podía ser más desapacible en Donosti. Eran las 21:00 h del sábado 16 de noviembre, en plena temporada de borrascas, y la gente empezaba a llegar tímidamente, desganada, a la Kultur Etxea de Intxaurrondo. Se abría la taquilla, y únicamente se ponían a la venta 4 entradas. El sold out era inminente, había expectación para escuchar una Banda que ya había tocado la fibra con anterioridad en La Cripta (2017). Un fin de semana para quedarse en casa, comentaba un grupo de amigos a los que les faltaba alguna entrada y ni siquiera tenían la certeza de poder ver el concierto. Desde luego, fue un acierto vencer la pereza, comentaban a la salida.

A las 22:00 h salía al escenario Mojo Hand, con sus cinco músicos integrantes: Gorka Azpiroz a la voz, Fernando Neira al bajo, Jon Aira a la guitarra, Karlos Arancegui a la batería y Paul San Martín al piano. Una banda local formada en 2016 y de un nivel estelar tanto en nivel musical como en humildad. Con un estilo basado en el Blues Mojo Hand, versionó canciones de un repertorio clásico. Fue con el tercer tema, "Hot Little Mam"a de Johnny Guitar Watson cuando el público empezó a despertar del letargo para entregarse a lo que sería una noche mágica en las magníficas instalaciones de la sala Intxaurrondo KE. Cabe destacar la improvisación al piano de Paul San Martin, en ocasiones con la mirada de la banda al completo clavada en sus manos, y es que lo de este hombre es de otro mundo. A veces da la sensación de que podría leer el periódico mientras toca, por la seguridad que transmite. En el repertorio de Mojo Hand destacaron temas de Frankie Miller, Freddie King o ZZ Hill entre otros, finalizando con "It´s all Over" los 50 minutos que duró su actuación. Faltaba el gran concierto de la noche y la gente pedía bises. Increíble.

La sala ya estaba bien caldeada cuando hizo su aparición en el escenario Nikki Hill, que está protagonizando uno de los más rápidos ascensos en la escena mundial del rhytm and blues. Las diferentes influencias de la de St Louis, que creció cantando en un coro góspel, van desde el soul más profundo al más fiero rock and roll. A lo largo de la actuación, todos estos estilos se sucedieron colmando de energía la presentación de su último disco "Feline Roots" (2018). Ataviada con una camiseta con el número 41 a la espalda y la inscripción de Winters, me pregunté todo el concierto si se trataría de un homenaje al Mayor Dick Winters, héroe de la segunda guerra mundial cuya historia se narra en la famosa miniserie Hermanos de Sangre, ya que casualmente este año se otorga el Dick Winters 41 Award del premio a la perseverancia y la tenacidad en los estudios en una conocida Universidad Estadounidense.

Las canciones de su anterior trabajo "Heavy Hearts Hard Fists" (2015) se intercalaban con las más recientes, entre las que destacaron "Holler out Load" y "Don´t be the Sucker". El cambio de estilo que caracteriza a la banda tuvo su punto álgido con la interpretación de "Can´t Love you Back (It´s a Shame)" con un marcado ritmo reggae. Fueron 94 minutos de concierto con un total de 18 temas y dos bises: "Oh My" y "Get Down Crawl" que representan el estilo más rockero de la banda, arropado por las impresionantes guitarras de Matt Hill (covocalista y marido de Nikki) y Laura Chavez que hizo vibrar la sala con su guitarra Gretz y una imponente presencia en el escenario. Completaban el quinteto Nick Gaitán al bajo y coros, y el purista Marty Dodson a la batería, que tuvo algunos problemillas para sentirse cómodo con el sonido en la prueba. Y es que un mal día lo tiene cualquiera, como se suele decir.

Tras el concierto, el grupo salió a disfrutar con sus seguidores y sacarse fotos en el Hall de Intxaurrondo K.E, recibiendo un baño de cariño acorde al gran directo que dio la banda estadounidense. Sin duda, mereció la pena vencer la pereza.