Tras diez años sin pisar tierras catalanas –aquella memorable actuación en el Doctor Music Festival-, la gran expectación por ver a Nick Cave en directo estaba más que justificada. A diferencia de esa ocasión, centrada al cien por cien en su recién editado “Best Of”, el de Badalona fue un repertorio dominado por su último e inflamable “Dig, Lazarus, Dig!!!”, una ferviente y fructífera defensa del presente poco común en otros artistas de la talla del australiano.
Así, los siempre elegantes Bad Seeds tomaron posiciones al ritmo de la obsesiva base de “Night Of The Lotus Eaters”, que un totémico Cave empezó a susurrar tras aparecer entre las sombras. “Today´s Lesson”, sin embargo, sonó descoordinada y sin garra. Por suerte, la banda se mostró más compenetrada a medida que pasaban los minutos: la clásica “Red Right Hand”, el tema que da titulo a su último disco, con Cave a la guitarra, y una portentosa “Tupelo” –con nubarrones de tormenta como fondo, en una de las pocas proyecciones de un atrezzo acertadamente sobrio- recondujeron los ánimos a pesar de algunos momentos de aparente desorientación –algún que otro desliz interpretativo, un atril con letras que desaparecían-.
Detalles que no lograron ensombrecer el calibre de unas canciones y de unos músicos, a pesar de todo, soberbios. Tras una de las pocas concesiones a los amantes de su registro crooner con “The Ship Song”, el punto de inflexión llegó con una sorprendente “We Call Upon The Author”, mucho más enérgica en directo, a la que seguirían una bella “Your Funeral My Trial”, con Warren Ellis interpretando al violín las notas originales de piano, el subidón desencadenado por “Deanna” y “Papa Won´t Leave You, Henry”, o las también nuevas “More News From Nowhere” y “Lie Down Here (& Be My Girl)”.
Ya en la doble tanda de bises, el exBirthday Party hizo corear al público en “The Lyre Of Orpheus”, se contorsionó al ritmo de la explosiva “Get Ready For Love” e interpretó al piano una emotiva “Into My Arms” acompañado únicamente de bajo y batería. Una propuesta descarnada y aún transgresora, culminada por una sincopada “Stagger Lee”, en la que poeta atormentado, predicador apocalíptico y antihéroe romántico se fundieron durante casi dos horas de intensas emociones. Esperemos que no pase otra década para poder revivirlas.
A plalnisgey rational answer. Good to hear from you.