Este pasado viernes 1 y sábado 2 de junio se estrenaba el Navarra Sur Festival en Tudela, con cantidad de actividades programadas por toda la ciudad, a parte de los ya anunciados conciertos en la zona ajardinada contigua al río Ebro habilitada para la ocasión. Y es que nos encantan este tipo de ofertas tan musicalmente variadas y con tan buena gastronomía de fondo, que con un aforo máximo inferior a las 5.000 personas enlazan a la perfección grupos de primer nivel nacional con un ambiente cercano y relajado.
Así pues, como quien desenvuelve un regalo, el viernes cruzábamos el arco de acceso al recinto del Navarra Sur Festival, donde el Dj y promotor musical El Mundo de Tulsa ya hacía de las suyas, deleitando a los presentes con una combinación perfecta entre bases house y los temas mas bailables del panorama nacional e internacional, obligando forzosamente a bailar a todo el personal presente en el quiosco del parque, transformado para la ocasión en el escenario secundario. A penas fueron 30 minutos para caldear el ambiente y se dio paso en el escenario principal a la banda Los Moths, una grupo local de reciente formación de la que no teníamos muchas referencias, pero os podemos adelantar que no hay mejor referencia que ver en directo a este cuarteto, porque aunque puedan recordar a grupos garajeros de la costa californiana y otras bandas psicodélicas de las antípodas, ellos tienen un matiz que les hace brillar con luz propia y va hacer que den de hablar próximamente, porque acaban de grabar su primer EP en Gaztain estudios y estamos seguros de que sonará con la misma contundencia que los directos que hacen y tienen previsto hacer a corto plazo.
Acto seguido, el local El Mundo de Tulsa Dj, volvió a ponerse a los mandos del quiosco para asegurarse de que nadie dejara de bailar y mientras en el escenario principal, Rufus T. Firefly (foto superior) preparaba el show que coincidiría con el estreno de su nuevo trabajo “Loto”. Ellos mismos definen su nuevo trabajo como una segunda parte del anterior y aunque, según se dice, segundas partes nunca fueron buenas, bajo nuestra opinión los de Aranjuez se han cargado este dicho de una forma magistral. Meticulosas melodías de guitarras y teclados ensambladas en unas devastadoras bases de batería y bajo, generan los cimientos ideales para que la voz principal y los coros te atrapen en un ambiente lisérgico que te hace flotar durante toda la hora del espectáculo, en la que apostaron principalmente por los temas de su nueva referencia, pero sin renunciar a los míticos “Rio Wolf”, “Nebulosa Jade” o “Magnolia”. Así que después de las críticas cosechadas con su anterior álbum y lo que se nos viene encima con “Loto”, consideramos que esta banda no necesita sacarle parecidos ni coincidencias para identificarlos, simplemente se ha posicionado como un referente a nivel nacional, resultado de la línea que empezaron a definir hace 4 años con su trabajo “Nueve” y del crecimiento que han demostrado. No nos sorprende en absoluto ver su nombre en el cartel del festival Mad Cool de Madrid, entre otros muchos.
Aturdidos por el show de Rufus T. Firefly y con la sensación de haber visto a un cabeza de cartel en toda regla, nos dirigimos al escenario secundario, donde el conjunto local La Niña Hilo (foto inferior) comenzaba su actuación. Tras una parada de año y medio, con reformas de importancia en la alineación titular, la banda murchantina nos presentó lo que es su nuevo trabajo “Family”, pop-rock en inglés con una importante carga electrónica, autoeditado por el propio grupo y puesto en marcha el pasado mes de enero. La Niña Hilo persevera en retomar el vuelo después de este parón, con un giro en su sonido que les puede hacer llegar a un público más diverso, por lo que seguiremos su evolución y no les perderemos la pista.
En un haz de los últimos juegos de luces de la actuación de la niña hilo, vemos reflejadas unas gotas de agua que nos recuerdan que llevábamos más de 3 horas obviando la inevitable tormenta que se había pronosticado para la tarde del viernes y que muy a nuestro pesar íbamos a tener que soportar.
Atrincherados en sombrillas y algunas zonas techadas del parque donde se celebraba este festival, vimos como empezaba el concierto del barcelonés Loquillo (foto inferior) y su impecable banda. Las chupas y los tupés tuvieron que aguantar más que nunca bajo el chaparrón que caía en la localidad ribera y es que la lluvia, solo dio los últimos 10 minutos de tregua de las 2 horas que duró la actuación. Loquillo se encuentra celebrando sus 4 décadas sobre los escenarios y la ciudad de Tudela fue una de las elegidas. Se pudieron escuchar un sinfín de temas míticos e himnos del rock and roll nacional, que a pesar de la fuerte lluvia, fueron coreados y bailados por el público presente. Poco más que decir de uno de los iconos del panorama nacional, su impresionante banda y el despliegue de medios visto en el escenario. Una imponente actuación en la que solo se echó en falta alguna mención especial al público por el aguante y la entrega demostrados durante el temporal.
Como guinda final de la jornada, NÜU Dj, que con su mejor repertorio de electrónica, hizo las delicias del resistente publico que aun quedaba en el recinto.
Sin apenas dormir y con la más dulce resaca de lo concebido el viernes, nos acercamos al vermut musical del sábado que junto con otras actividades, nos presentaba el concierto de Señoras y Bedeles, un trio de Rock and Roll de Zaragoza que nos hizo mover el cuerpo a todos los allí presentes con sus letras satíricas, sus potentes riffs de guitarra y su derroche de energía encima de ese escenario en una de las calles más céntricas de la capital Ribera.
Ya atardeciendo, y con la apertura del recinto, DAVMA Dj empezaba a lanzar sus primeros temas para que a nadie se le atragantara lo que allí iba a acontecer. El primer broche musical lo pondrían Los Flamingos, que con su Ep “Viaje Infinito” bajo el brazo, nos trajeron los ritmos más veraniegos y bailables. La banda Tudelana formada en 2015, ya se ha hecho un hueco en una gran cantidad de festivales de la zona y nada más salir al escenario te das cuenta de porqué. Es difícil resistirse a corear esos estribillos o tan solo mover la pierna con esas pegadizas melodías, acompañado todo de una atmosfera de sintetizadores y guitarreos de lo más animados que hicieron a la gente entrar en calor desde el primer momento.
Como si de un medley se tratara, el final del concierto de Los Flamingos se enlazaba con uno de los platos fuertes del festival. El encargado de llenar los oídos de los asistentes en este momento era Ángel Stanich (foto inferior) que junto con su potente banda y sus sonidos más Western no tardó en hacerse notar con su “Mátame Camión” o su ya clásico “Carbura”. Con el recinto ya completando su aforo y con casi una hora de canciones en su espalda, el cántabro anunciaba el fin de su concierto no sin antes lanzar la bomba de “Metralleta Joe” sobre todos los presentes dejando en el recinto del festival un ambiente de trabajo bien hecho.
Los siguientes encargados de que el silencio no se hiciera presente en el festival y con una puntualidad milimétrica, fueron el dúo de Electro-Pop The Repente Jons que comenzaban a sonar en el escenario del Quiosco. Con tan solo sus dos voces y los duros golpes de las bases electrónicas que la pareja ofrecía, era ya difícil que las personas que allí se juntaban mantuviesen la compostura. El espectáculo continuo mientras los más leales ya guardaban hueco esperando al que sin duda, sería el concierto más fuerte y esperado de la cita.
Y es que sin apenas habernos dado cuenta ya llegaba la hora, en el escenario Ambar, “Autoterapia” empezaba a hacerse oír y los madrileños Izal (foto inferior y encabezado) brotaban de un espacio de luces mientras que las miles de almas que allí se concentraban gritaban sin miramientos. En esta cita tan especial de comienzos de gira vimos a un Mikel Izal en un estado de confort, dedicando varios temas a familiares y amigos que se encontraban entre el público. Así de familiar era el ambiente que, llegada la media noche, fue el turno de los espectadores, que, al unísono le dedicaron al frontman, el cumpleaños feliz. Aunque un poco desubicado, agradeciendo la devoción en varias ocasiones a “Iruña”, el quinteto, hizo del Navarra Sur Festival un encuentro musical excepcional, transportando a todos los allí presentes a una atmosfera propia con su espectacular despliegue de luces y su más que consolidado sonido en directo.
Tras la emocionante actuación de Izal, el cierre del festival iba a estar a cargo de los Malagueños We are not Dj’s. Una oleada de frenéticos mash ups y los mejores temas de rock internacional, rap e indie, invadieron el escenario del Quiosco e hicieron continuar la fiesta hasta el cierre del recinto.
A altas horas de la noche abandonábamos el lugar con un gusto a revancha y la satisfacción de ver como el trabajo y la dedicación de los involucrados en este proyecto daba como fruto una primera edición de un festival más que complaciente, la cual esperemos, se consolide en la Ribera del Ebro como una cita anual de obligada asistencia.
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