Arrancaba la tercera edición del MUWI envuelta en un halo de optimismo generado por la venta anticipada y por la magnífica campaña de promoción del evento. Que el festival durante estos tres años ha crecido exponencialmente, es una evidencia. Que la repercusión mediática y social es cada vez más palpable, también. Y, cómo no, eso se nota en la asistencia. Porque la fórmula que usa MUWI es muy sencilla. Es más, se basa en un único elemento, el mimo. Mimar todo aquello cuanto se haga (público, artistas, trabajadores…). Parece una perogrullada pero no todos saben cómo aplicarlo. En Logroño, sí. Y es que la organización tiene muy claro cuál es el target y cómo hacer que esto crezca.
Así, el cartel es una mezcla perfecta que aúna lo local con algunas de las bandas más relevantes del panorama nacional. Pero lo bueno, es que no solo queda ahí. MUWI no es solo música. Es eso y mucho más. Y ahí está su secreto. Vino, gastronomía, solidaridad, talleres para niños, moda… Un cóctel que hace quien viene no sea capaz de no repetir.
A nivel musical, el festival arrancaba el jueves en el escenario Revellín, en pleno corazón de la ciudad. Lo hacía con dos de las bandas riojanas más consolidadas, Messura (foto inferior) y Papaya. Los primeros son un diamante en bruto que se pule a sí mismo. Su actitud y una pegada asombrosa, acompañada de la dulzura de los arreglos de cuerda, los han convertido en una referencia a nivel regional que, si sigue creciendo, lo será mucho más allá de La Rioja. Fue el comienzo perfecto. Qué decir de Papaya que no se haya dicho ya. Yanara Espinoza, venezolana pero logroñesa de adopción y que considera la ciudad como su segunda tierra, lidera la que quizás sea la banda más relevante con raíces en la Comunidad. Son una apuesta segura. Junto con Messura, fueron capaces de llenar desde el primer compás el recinto del escenario. Gran acierto.
El cartel se completaba con una gran presencia femenina. El dúo electrónico Bleset y el trío de djs Girls Girls Girls (quienes se encargaron de amenizar los cambios entre conciertos y de cerrar la primera jornada del festival). Con Bleset se echó de menos un punto más de volumen, sin embargo, supieron suplirlo derrochando energía y convirtiendo su concierto en un ejercicio de baile colectivo. No sería su única aparición en el festival puesto que, en formato dj, volvieron a dejar un gran sabor de boca en el Escenario Los Arcos. Poner banda sonora a una de las salas de barricas de las Bodegas Franco-españolas es uno de los puntos fuertes de MUWI , porque no olvidemos que uno de los encantos que presenta el festival es el estar enmarcado en una de las bodegas más emblemáticas del vino de Rioja, quienes a partir del viernes, iban a ser el marco del cual ya no se movería el festival.
Carmen Boza (foto superior) fue la encargada de inaugurar los conciertos en Franco-españolas. La gaditana alcanzó una calidad de sonido reseñable. Fue su manera de agradecer el buen puñado de público presente desde primera hora. El también aragonés, Pecker, daría el que hasta la fecha, ha sido su concierto más emotivo y vibrante en Logroño. Raúl y su banda dieron todo lo que tenían y transmitieron esa energía a base de los temas más relevantes de su carrera consiguiendo, además, que el público se empapase de ella, convirtiendo la puesta de sol en una fiesta. Saben que Logroño es su segunda casa y agradecen, a base de derroche musical, cada una de las muestras de cariño recibidas. Depedro consiguieron, sin duda, el mejor sonido de todo el festival. La sensualidad de Jairo, unida a su desparpajo y a la fuerza de temas como “La Llorona” o “Diciembre”, fueron una explosión musical que se quedará en la memoria musical de esta edición de 2018. Tras ellos Polock, que demostraron que son una de las propuestas más originales y cargadas de clase del panorama nacional.
Para finalizar la serie de conciertos del viernes llegaba el que el público consideraba el plato fuerte de la noche, Sidonie (foto superior y encabezado). La veterana (pero en plena forma) banda catalana dejó la sensación de haber dado uno de los conciertos de MUWI consiguiendo una comunión absoluta entre público y banda que avanzaba a medida que se desarrollaba el concierto. Cerraría el viernes Edu Anmu, quien sigue creciendo junto a su festival. En su tercer año consecutivo, de nuevo fiesta colectiva. Una sesión vertiginosa y mezclada con mimo en la que la electrónica y el rock atemporales se fundieron para cerrar con éxito una noche mágica. También en la faceta de djs, Panoramis se había encargado de amenizar los intercambios y de cerrar el escenario Maldeamores. Siempre eléctrico y capaz de contagiar su energía.
La segunda jornada de las bodegas arrancaría, el sábado, con Modelo de Respuesta Polar. Siempre es una incógnita cuánto público se acercará al primer concierto de cada una de las jornadas. Sin embargo, en el MUWI la gente responde. Y eso se agradece. También lo hicieron los valencianos con una ejecución perfecta.
Perfecta fue, también, la puesta en escena de Iseo & The Dodosound (foto superior). Su propuesta ha calado hondo y es capaz de, con géneros diferentes a los que predominaron en el festival, hacer que la sensación fuese la de presenciar uno de los conciertos más exitosos de este MUWI. Secundados por la sección de vientos The Mousehunters nos hicieron vibrar algunos de los temas jugosos de sus dos trabajos como "Roots in the air", "Vampire", "Frozen desert" o su último single "Dame". Paralelamente, Teleclub djs daban color a los momentos entre cada uno de los conciertos. También lo hizo Brummel (quien continuaría pinchando en Maldeamores) en la sala Los Arcos, donde demostró su versatilidad y finura.
Volviendo al escenario principal, Mikel Erentxun (foto superior) dio un repaso a los temas más relevantes de su carrera congregando a público de todas las edades y consiguiendo, junto con Sidonie, convertirse en uno de los conciertos más multitudinarios. No faltaron algunos clásicos de Duncan Dhu como "Cien Gaviotas" o "En algún lugar" con los que se despidió.
En una noche en la que conforme pasaban las horas se iba haciendo más fría, Grises (foto superior) y Triángulo de Amor Bizarro (foto inferior) se iban a encargar de calentar a los asistentes. Los de Zestoa estuvieron a gusto y eso se notó. Su derroche y energía enganchan y son ese tipo de bandas que siempre tienen que estar en tu festival. Pegaron un buen repaso a sus álbumes con temas como "Parfait", "Cactus", "Avestruz" o la reivindicativa "Wendy". Triángulo demostraron, de nuevo, que son una de las bandas nacionales más en forma y, para muchos, la mejor. Su mera presencia engrandece. Chelis, quien cerró a base de una elegante electrónica mezclada con gran calidad, finiquitaría un sábado que dejaba, de nuevo, un gran sabor de boca.
Pero que caiga la noche no quiere decir que MUWI acabe. Una de las partes relevantes de esta tercera edición ha sido la creación de Vermuwi, un nuevo espacio en el Menhir para la tarde del sábado. Los conciertos de Ático 8 y la pinchada de Lugg dj, desde el mediodía hasta bien entrada la tarde, confirmaron con la gran cantidad de público, que la propuesta ha llegado para quedarse. La otra gran actividad diurna es la del domingo, día más familiar y gastronómico de los cuatro de festival. Pero además es solidario, puesto que el 50% de la entrada se destina a APIR (Asociación Pro-Infancia Riojana).
Durante el desarrollo de la jornada puedes encontrar talleres para niños, las tradicionales chuletillas al sarmiento riojanas, o un concierto en el que no se alcanza la mayoría de edad (como el protagonizado por Amadeus Crew, con versiones de los Beatles o Black Keys). La propuesta dominical fue acertadísima, acorde al soleado y caluroso día y capaz, además, de dar un pequeño giro a la energía guitarrera o electrónica de las jornadas anteriores. Protagonistas fueron Smile (inferior), quienes mediante su implicación, consiguieron transformar la energía solar reinante el domingo en auténtica energía vital, contagiando a los muwiers y consiguiendo que Logroño evocase las playas californianas. Tras ellos llegaba el turno de Los Mutagénicos. Los de Logroño (en otro guiño al producto local y de calidad) aportaron su dosis de garage, surf y rock mezclada de manera elegante. Geniales, siempre. Finalizarían Ghost Numbers & His Tipsy Gipsies. Guitarra, trompeta, contrabajo, violín… todos ellos en sintonía acorde para hacer que el swing, country o el calypso, pusieran la guinda al escenario principal.
Durante la jornada hay que destacar la presencia de varios djs: Little Niño, Miss Biotza, Ipu dj (emergente dj riojano cada vez más presente) o Guatecón (con sus tradicionales pinchadas en las que la gente disfruta de lo lindo bailando swing y lindy hop).
Se iba, pues, una tercera edición de un MUWI que ha destacado por la afluencia de un 40% más de público que en la edición anterior, por una organización impecable en la que no ha habido ningún incidente reseñable, por una puntualidad envidiable durante el desarrollo de los conciertos y diversas actividades y, por último, porque el MUWI a la riojana va ya mucho más allá; la notable afluencia de muwiers de otras comunidades se ha dejado notar estos días.
¡A por el cuarto!
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