Cuando es la hora, todo llega
ConciertosMuerdo

Cuando es la hora, todo llega

8 / 10
JC Peña — 11-12-2023
Empresa — Sonde3
Fecha — 01 diciembre, 2023
Sala — Galileo Galilei
Fotografía — Daniel Roldán

Pascual Cantero hacía doblete en la sala de Chamberí: la noche del viernes y el sábado por la mañana veían la culminación de “Gira y cambia todo”, con el repertorio de una trayectoria que se prolonga ya más de una década, culminada por el momento con La sangre del mundo. En el que es por el momento su último trabajo, Cantero profundiza en su capacidad para hacer suyas abundantes influencias de la música latinoamericana, con ese espíritu abierto y honesto que le emparenta con Manu Chao o Amparanoia.

Lo importante era reencontrarse con su público de Madrid tras cuatro largos años de ausencia, y vaya si lo hizo. “Cuando es la hora, todo llega”, dijo. Su gente respondió con ese entusiasmo que sólo muestran quienes cultivan una química especial con su artista favorito. Muerdo puso en marcha todo un despliegue de vitalidad en la que él y los seis músicos de su banda -incluyendo trompeta y percusión- se dejaron todo. No es noticia que la humanidad del artista conecte. Curiosamente, el grueso del repertorio caería en cortes de “Viento Sur” como “Lejos de la ciudad” o “Vas a encontrarte”.

Era una noche muy especial, reconoció el de Murcia, porque volvía a la mítica sala madrileña donde se hizo como artista. Los argentinos Cruzando el Charco, en versión reducida de trío acústico con cajón, combinaron canciones de pop tierno con incursiones cumbieras, y el público agradeció una propuesta que en pocos meses volverá a Madrid con su formación completa.

Muerdo y su banda arrancaron con “No me quieras mal”, sumergiéndose sin más dilación en los sonidos latinos que manejan con acierto: los experimentados músicos de la banda tratan con mimo sus canciones, mientras el vocalista cuenta sus historias y todos disfrutan de sonidos que incluso no rehúyen géneros como el jazz latino, el reggae, el bolero e incluso la psicodelia fronteriza.

Cantero hizo un receso que rompió el ritmo para rendir homenaje a la Galileo, Madrid -“la ciudad insufrible pero insustituible” en palabras de Joaquín Sabina- y sus comienzos como cantautor, recordando el peso decisivo que tuvo Luis Eduardo Aute en su progreso. Con varios invitados, entre ellos Suso Sudón, interpretó sendos temas que fueron muy aplaudidos en su formato íntimo. Aprovechó el artista para reivindicar las raíces y pedir que no nos dejemos cegar por “los fuegos artificiales”, que la esencia de la canción sigue estando en un una guitarra acústica y una voz.

Ya con el grupo al completo, la vibrante “El arenal” de Colectivo Panamera, fue de lo más bailado y cantado de la noche. También presentaron una canción nueva del nuevo disco que empiezan a grabar en estos mismos días.

Muerdo rehumaniza una música que estos días está demasiado pendiente de números, estadísticas, algoritmos y otros espejismos tecnológicos de estos tiempos. Además de idealizar más de la cuenta lo anglosajón. Tendiendo puentes con el otro lado del Atlántico, el artista español va en busca de lo que no podemos perder: la dignidad humana. Asaltados por “tanta mierda y polarización”, nos queda la receta infalible, que es querernos más. Él y los suyos pusieron su parte en un final en que se dejaron llevar por el frenesí festivo del ska.

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