Muchachito, a repetir toca...

De nuevo han sido necesarias dos noches en la Sala Apolo para despedir (teóricamente) la gira de presentación de su tercer disco “Idas y Vueltas”. La Apolo es una sala talismán para esta banda que allá por 2004, en un concierto mítico, le sirvió para presentar una propuesta diferente y original y que ha ido creciendo, concierto a concierto y disco a disco, en popularidad. En esta ocasión y la primera de esas noches, la sala acabó repleta y por eso Muchachito puede celebrar que ya posee un público cómplice e incondicional que le va a seguir allá donde vaya. Claro que ese público sabe que Muchachito siempre se va a entregar en cuerpo, alma, música y fiesta a ellos. Jairo vive por y para la música y eso se nota y se notó de nuevo desde el primer momento en que se subió al escenario. Él tiene el mando, o mejor dicho el bombo, bajo sus pies y lo utiliza para espolear a su banda y al público que no tienen más remedio que seguir su ritmo. Por eso cada concierto es diferente y único, nadie sabe que canción va a sonar y es admirable que con un solo toque de guitarra o bombo, la banda ya sepa hacia donde dirige Jairo el rumbo. Y nombremos una vez más a la vital banda. De nuevo Jairo estaba en el centro. Manel con su set, medio batería, medio percusión, justo a su derecha. Algo más allá Tito con su proverbial teclado. El incondicional swingero Lere al contrabajo a su izquierda y detrás de él la esplendida e imprescindible Gigoletto con sus cinco metales, o sea Josué Ciclón, Martín García, David Carrasco, Alberto Pérez y Óscar Bass. Curiosamente un error en la hora anunciada del concierto, hizo que empezara antes de lo previsto y sin la sala aún a tope, pero lo hizo con “La Noche de los Gatos”, esa canción con video increíble que sirvió de adelanto de su tercer disco y que ya puso al público a su merced. “Soy Luz”, “Tiras de Mi Corazón”, “Tiempos Modernos”, la versión de “La Quiero a Morir”, que parece una canción propia, y “Será Mejor” fueron un primer bloque que acabó con ese tema instrumental de reciente creación repleto de ritmos balcánicos y con la gente saltando y creando ese efecto “cama elástica” en el suelo de la Apolo. Y eso no había hecho más que empezar. Nos esperaban más de una treintena de canciones a un ritmo frenético, porque la hora del fin del show estaba pactada y Jairo quería aprovechar el tiempo al máximo. No enumeraremos todos los temas que sonaron, pero siguieron con un segundo bloque de casi una decena de canciones entre las que destacaron el “Caraguapa”, la versión rumbera de los Amaya, “Que Mala Suerte la Mía”, o la bonita “Luna”. Fin del bloque con otro subidón, Santos De Veracruz, el músico de los pinceles, cantando “La Viajera” y de nuevo todo el público desenfrenado. Después otra docena más con el “40 Forajidos” de los G5 o una auto versión de “En el Río” con tremendo swing y que acabó con el “Me Tienes Frito” coreado por toda la sala. Entremedio “Ruido” le sirvió a Jairo para agitar al personal una vez más, porque cuando pidió que todos saltaran o gritaran, el resultado fue hasta peligroso (de nuevo el efecto “cama elástica”) y ensordecedor. Con “Paquito Tarantino” empezó el último bloque que nos llevó a una recta final vertiginosa que se cerró con “115” y final con “Siempre Que Quiera” y todos gritando eso de: “ojalá no te hubiera conocido nunca”. Habían pasado 1h 45min y todo el mundo a mi alrededor y más allá tenía una sonrisa en la cara. Seguro que hoy muchos repetiremos.