El 5 de enero es una fecha marcada en rojo en el calendario de niños y no tan niños. Una noche de ilusión que puede perder intensidad con el inevitable paso del tiempo, pero nunca se diluye del todo. O al menos hacemos por que no lo haga. Con el ánimo de conservar esa magia infantil, y mientras SS.MM. los Reyes Magos de Oriente se paseaban por la Castellana, quien firma fue una de muchas personas que se dejaron caer en la víspera de Reyes por el Teatro Real de Madrid (y con sus progenitores) para ver en acción a sus otras majestades: Nina, Paco, Ove, Chuches y Ekain. Es decir, Morgan.
El tradicional concierto benéfico de Reyes organizado por el Área de Cultura y Deportes del Ayuntamiento madrileño –este año a favor de Mensajeros de la Paz– reunió en la tarde del lunes en el abarrotado coliseo operístico a Morgan con la Banda Sinfónica Municipal de Madrid. Una institución con más de 100 años de historia que, tras contar en anteriores ediciones con las voces de Luz Casal, Eva Amaral o Depedro, compartió las tablas por primera vez con un grupo de rock al completo.
Después de muchos conciertos en formato eléctrico (y van más de 300 directos en su currículum, incluyendo las recientes dos Rivieras con todo vendido), Morgan no solo pudieron recuperar los arreglos de cuerda y metales ya presentes en su segundo y aclamado trabajo, "Air" (North Records, 18), sino que pudieron beneficiarse de todas las posibilidades expresivas que brindaban violonchelos, contrabajos, arpa y familias completas de instrumentos dirigidas por el danzarín Jan Cober. La imponente alineación de la BSMM calentó motores durante los primeros minutos de la velada dando sus minutos de gloria a cada una de sus familias antes de recibir en el escenario al quinteto madrileño.
“Somos Morgan y vamos a tocar unos temitas”. Misma presentación por parte de la siempre espontánea Nina de Juan que en cualquiera de sus directos, a sabiendas de que la del lunes no era una tarde al uso. Acababan de maravillar al teatro la atmósfera espacial de una "Planet Earth" más embellecida si cabe con arpa, violonchelos y vientos envolviendo sus privilegiadas cuerdas vocales y los punteos certeros de Paco López, y de hacer dar palmas a la BSMM acompañando "Blue Eyes". El asiento del Real imponía y hubo que resistir la tentación de levantarse a bailar, liberando esa energía en aplausos e inevitables vítores y silbidos a medida que avanzaba el programa, totalmente descontrolados para cuando "Another Road (Gettin’ Road)" llevó a Daft Punk al Real durante unos minutos por obra de Paco y David Schulthess ‘Chuches’, con tímidos movimientos de los trajeados músicos.
Si bien el punto álgido de la velada, por goleada, fue "Sargento de Hierro", magnífica carta de la banda que logró superarse gracias a la acústica del lugar, aliada de Nina y su piano en el arranque, uniéndose tímidamente vientos y, poco a poco, toda la BSMM, así como las Golden Girls. Este trío de voces femeninas también jugó un papel fundamental en "Work" y "Home", intervenciones de "North" (North Records, 16) en un setlist “breve” donde hubo hueco para una elegante revisión de "It's not Christmas Till You Come Home", composición de Sarah Oda inmortalizada por Norah Jones (el buen gusto es más que evidente).
Nina y Paco se reunieron en el centro del escenario para la ya habitual "Marry You" “a pelo”, solo con la guitarra de él y la voz rasgada y segura de ella, enfrentada a unas manos que, sin un teclado delante, se mueven siempre nerviosas. La intervención final de todos los músicos presentes, última muestra de la genial combinación de Morgan con la sinfónica, puso el broche de oro a poco más de una hora de concierto por la que tuvieron que salir a saludar hasta tres veces entre un aplausos ininterrumpidos. Un mágico fin de festividades en la capital, apostando por el rock nacional actual, y el mejor regalo de Reyes para los no tan niños. Y sus padres.
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