La emoción no está reñida con la diversión
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La emoción no está reñida con la diversión

8 / 10
Iker Bergara — 31-12-2018
Empresa — Donostia Kultura
Fecha — 29 diciembre, 2018
Sala — Intxaurrondo Kultur Etxea, Donostia
Fotografía — Juan G.Andrés

Llega diciembre y empiezas a repasar con tu mente la clásica lista con los conciertos que mejor recuerdo guardas de 2018: que si el de Javiera Mena en el Dabadaba, que si el de Depedro con banda, que si el primero que viste de Rufus T. Firefly fuera de un festival. Sin embargo, dado que desde hace semanas sabía que el último sábado del año iba a ver al grupo madrileño Morgan (foto inferior y encabezado) en la sala que mejor suena de la ciudad, tenía claro que no debía cerrarla precipitadamente. Hice bien, su bolo en Intxaurrondo no defraudó y ahora ocupa un puesto de honor en dicha clasificación.

Como sabéis, Morgan es una fantástica banda formada por cinco jóvenes músicos donde destaca la voz y el carisma de Carolina de Juan, más conocida como Nina. Su ascenso ha sido meteórico y con dos discos en menos de dos años han logrado el reconocimiento de todos: público, crítica e industria. Tanto es así que este verano les llamaron para tocar en el escenario grande del Heineken Jazzaldia, siendo su concierto uno de los más recordados y aplaudidos de la edición. Gustó tanto el show a los donostiarras y se habló tanto de él que su vuelta cinco meses después había generado una gran expectación en la ciudad. Como era de esperar, el cartel de no hay entradas estaba colgado hace tiempo.

Yo, en cambio, estuve fuera de la ciudad durante el Jazzaldia y tampoco había tenido la oportunidad de escucharles en directo en ningún otro lugar. Mi única referencia eran los dos discos y, por ello, me esperaba un concierto intimista y reflexivo. Nada más lejos de la realidad. En cuanto vi a los cinco interpretando "Planet Earth", la canción con la que inauguraron el espectáculo, me percaté que el objetivo de Morgan en directo es otro bien distinto. Los madrileños salen al escenario a divertirse y, sobre todo, a divertir al personal. A diferencia de otros grupos del mismo corte, no piden silencio sino que la gente baile y cante sus canciones. “Incluso aunque lo hagáis mal”, tal y como recordaba Nina entre tema y tema. Este preludio que descolocó por completo mis ideas preconcebidas se completó con los temas "Blue Eyes" y la blusera "Oh oh!".

Posteriormente, el show continuó con una sucesión de canciones preciosistas, de esas que hacen que dejes el movimiento de tu cuerpo para otra ocasión y te centres en atender con detalle la espectacular voz de Nina y todo el sentimiento que desborda a través de ella. De entre todas esas canciones, la que más me atrapó fue "Child", balada de sonidos sureños bonita donde las haya. Durante el nudo del concierto, también destacó una versión de la canción "The Chain" (Fleetwood Mac) y la gospeliana "Praying". En esta última, Nina pidió la colaboración del público con la elocuencia que le caracteriza. Más maja que las pesetas, la madrileña tiene la capacidad de ganarse a todos cada vez que habla.

Con "Sargento de Hierro", la única canción en castellano del disco "Air", daba comienzo el último tramo del bolo. Volver, su otra canción en castellano que forma parte de "North", la guardaron para después de los bises. Ambas fueron acogidas con gran complicidad por parte de los asistentes. Es imposible no sentirte identificado con las letras de estos dos temas y, por ello, me sumo a la petición que siempre les hace el presentador de Radio 3 Ángel Carmona y les animo a que en sus próximos trabajos escriban más canciones en castellano.

Tras la catarsis de "Another Road", la segunda canción de los bises, llegó el regalo final del grupo a todos los que habíamos querido ir a verles. Acompañada por Paco López a la guitarra, Nina se aproximó a la parte delantera del escenario y cantó "Marry you" sin la ayuda del micrófono. Un momento único y especial que emocionó y alegró la noche a los presentes. Finalmente, la cantante se despidió dando las gracias a todas y cada una de las personas que habían colaborado en el concierto. Y porque no tenía una lista con los nombres de los que habían comprado la entrada porque si no lo hubiera hecho.

Por supuesto, entre los agradecimientos, no faltó la mención a Ane Leux (foto inferior), la encargada de telonearlos. Por eso, yo tampoco quiero terminar sin recordar el dulce aperitivo que nos brindó la donostiarra. Si te gusta Morgan, hay muchas posibilidades de que también te guste Ane Leux, su voz tiene personalidad y sus canciones destilan sentimiento. Muy bien empastada con la banda, su show, más íntimo que el de la banda principal, sirvió para dar muestra de su enorme talento y elegancia. Se nota que detrás de sus canciones hay pasión y mucho trabajo y, por ello, les deseo mucha suerte.

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