Dios en la pista de baile

A veces los tiempos del universo son perfectos. Como esta semana, que justo después de que Carmen Machi, en su primera aparición en la serie "La Mesías" de los Javis, predicara: “La música electrónica es abstracta, es espiritual. Los sonidos salen directamente de la mente, de la inspiración divina. No hay instrumentos, son sonidos puros. Son palabra de Dios.”, Evian Christ nos hiciera trascender en la pista de baile, entre luces celestiales salidas directamente de un vitral, con una de las mejores sesiones que se recordarán este año en Barcelona.

Si hay algún sitio donde se debía estar los pasados 10 y 11 de noviembre en la ciudad de condal, era en el Mira Festival. Dos días en los que más de 8.000 personas peregrinamos de manera devota a la Fira de Montjuic. Un espacio liminal en el que el tiempo pareció desaparecer -era de noche desde las 18h de la tarde así que lo que estabas viendo podía suceder tanto a las 19h como a las 2h de la madrugada- para disfrutar de la simbiosis perfecta entre música y artes digitales.

En ningún momento hubieron colas ni en barras, ni baños ni en los stands para comer, pero si entrabas a primera hora el mundo parecía tuyo. La primera parada obligatoria era sin duda el Dome, donde podías disfrutar de proyecciones inmersivas 360º, como la de Weidi Zhang, una reinterpretación artística de viejos documentos de la NASA sobre los motivos de la exploración del espacio, que para que me entendáis, era como si de niño, justo antes de entrar al planetarium, te hubieras metido un tripi. Una de las mejores cosas que he experimentado serena en mucho tiempo. Luego ya sumergirte en la neblina de la nave principal del festival, donde se encontraban las instalaciones donde luces, proyecciones y sonido se mezclaban a la perfección para crear auténticas experiencias hipnóticas. También podías pasar por la tienda de merch, que tu dirás, ¿decir esto en una crónica?, pero cuando entre todos los souvenirs puedes obtener un botijo de edición limitada por 180 euros con dientes y piercings y su posado solemne, pues creo que es algo bastante remarcable. En la primera jornada se habían vendido dos por si os lo preguntáis.

Por lo que a escenarios se refiere la fiesta estaba servida. En su primera jornada destacaron los visuales de "Twin Peaks" que ofreció la sesión synth-pop de Johny Jewel; la presentación del nuevo disco de Tirzah en el que redimió su último concierto en la ciudad -seguramente un concierto de texturas más para sala que para festival, pero igualmente brillante; la impecable sesión de Overmono que entra en el podio del festival; el djset de Crystall Mess donde, no solo sonó Man de Skepta para que quede claro de dónde viene, sinó que es lo más cerca que muchos estaremos del directo de Frank Ocean en el Coachella. Y no olvidar cuando Hudson Mohawke lanzó "Set The Roof" en sus B2B y prendió la noche.

mura masa

Si quedaban fuerzas, la segunda jornada, no era para menos. Si no viste el derroche de poder de Aïsha Devi, con su larga peluca platino tomando el escenario, no viste nada. El pop fue servido por el artista con mejor agenda de contactos de todo el panorama: Mura Masa. Y aunque la fórmula de su live sobre el papel funcionaba, SOLO HITS, la percusión en directo hacía perder algo de épica al sonido y no hacer su colaboración con Ralphie Choo, "MAQUINA CULONA", fue algo que muchos fans sufrieron como una pérdida propia. Y con su nuevo álbum bajo el brazo, una bufanda de hooligan en la cabeza y el himno de la Champions Evian Christ hizo uno de los mejores directos que se recordaba en esta ciudad. Así que sí, es posible, que en esta edición del Mira más de uno encontrara a Dios en la pista de baile.