Tras su poca afortunada presencia en el Primavera Sound (se les veía nerviosos y algo verdes), a Máximo Park les tocaba demostrar en su nueva visita si lo suyo era un hype de temporada o una realidad que tendrá continuidad en el tiempo. ¿El veredicto? Lo segundo bajo ninguna duda. Los de Newcastle dieron una lección de maestría y poderío punkpopero en la sala 2 del Razzmatazz que todos los allí presentes tardaremos en olvidar. Sonaron intensos (más punk que pop), emocionantes, seguros de si mismos y sobretodo honestos (todo un lujo en pleno 2005). Canción tras canción fueron cayendo todos sus himnos cura-depresiones incluidos en su primer disco, el excelente "A Certain Trigger", ("The Coast Is Always Changing", "Apply Some Pressure", "Going Missing", "The Night I Lost My Head"), más un seguido de nuevas composiciones ("My Life In Reverse", "Isolation", "Nose Bleed") que dejan a bien las claras que hay Maxïmo Park para rato. Para otro día dejamos los comentarios (laudatorios, claro está) sobre Paul Smith, uno de los front men más atípicos y adorables (algo así como una versión inofensiva de Jarvis Cocker) del reciente pop británico, verdadero capitán de esta banda de feos con talento que conquistan corazones gracias a sus inapelables hits.
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