Manu Chao y Chimango celebraron el vigésimo aniversario de la mítica Sala Salamandra de l'Hospitalet de Llobregat.
Era víspera de martes, con Champions y con una temperatura que parecía de julio y no de mayo. El concierto comenzó tarde, como es habitual. Chimango fue el encargado de abrir la noche y, acompañado de su bombo y su guitarra, dio un espectáculo lleno de fuerza y rotundidad. Supo animar a un público nervioso y excitado por la inminente actuación de Chao. Chimango llevó a la audiencia desde la calma inicial a una explosión final con el tema "Africa" y, como es habitual, el show estuvo repleto de alusiones a la situación europea y al malestar del artista con las violaciones de los derechos humanos.
Y llegó el turno de presentar el tour "La Ventura".
Hay artistas que cuando son conocidos a nivel internacional, se toman los conciertos sin ganas. Hay gente que hace eso, pero en este caso es todo lo contrario. Manu Chao vibra con la energía del público, se alimenta de ella y la devuelve amplificada. Parece que la absorba y eso le dé fuerzas para dar un concierto como tiene que ser, con todo el ser y con toda la garra que mantiene impertérrita por muchos años que pase en lo más alto del candelero.
Una sala a rebosar acogió el espectáculo del músico y su banda al completo. No faltaron los típicos himnos como "Me Llaman Calle", "Me Quedo Contigo" o "Bongo Bong". El público enloqueció, cuando hacía referencia al pueblo afgano, sirio o saharaui como introducción al tema "Clandestino". También pasó con el tema "Politik Kills". El artista felicitó a la sala por su "primer veinte cumpleaños" y cerró una noche que será difícil de olvidar para todos los presentes.
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