Después de comprobar, tras su última entrega discográfica, que los Manics tocaron techo con "Everything Must Go" quedaba por saber si se mostrarían lo suficientemente solventes sobre el escenario. Saber, en definitiva, si su directo estaría o no a la altura de su cancionero. Y bueno o su colección de canciones todavíah a de agachar la cabeza para encontrar la mirada de la banda sobre las tablas. Porque hay cosas que, por mucho que a uno le guste el grupo, no se deben pasar por alto. Por ejemplo esos colchones de teclados dignos de los peores Toto, que afearon temas que no merecían tan mal trato. O la tozudez rítmica de Sean Moore (con pérdida de baqueta incluída en "Faster") jugando a veces a ser Dave Lombardo, cuando lo de los MSP es puro pop. Y también, una puesta en escena un tanto escuálida. Minucias, al fin y al cabo, porque los diecisiete temas que interpretaron en su parco show (otra vez hora y cuarto!), fueron la mano ganadora en un concierto correcto y que supo a gloria a sus fans, que en previsión de lo previsible (minutaje rácano) fueron a por todas desde el primer acorde. Lo de Mansun media hora antes sería mejor pasarlo por alto, pero ese final digno de los AC-DC última generación invita a verter al menos un adjetivo: lamentable.
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