Maga, baño en casa
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Maga, baño en casa

8 / 10
Beatriz Rodríguez Ruiz — 19-10-2010
Sala — Teatro Lope de Vega / Sevilla
Fotografía — Rafael Marchena

Los sevillanos presentaban de manera oficial en el teatro Lope de Vega su disco, "A la hora del Sol"(Mushroom Pillow, 2010). Una actuación que gozó de energía y sonido impecable a partes iguales durante una hora y media en la que no bajaron la guardia ni un instante. Nuevas lecturas de sus clásicos y presentación de los venideros, arropados en un enclave diferente al que nos tienen acostumbrados.
Desgranaron su último trabajo al completo (la única canción de la que prescindieron fue "Canción para septiembre"), comenzando con "Harás y romperás" y "Sal y otras historias", que obtuvieron una cálida recepción. Reivindicaron que la letra de "Hoy" representa el auténtico espíritu del disco, ése que contagian a todo el que se acerca a verlos en directo. Una de los mejores instantes probablemente fue cuando Rivera alzó su voz por encima de un público entregado en "Último mar". Dos violinistas (Raquel y Marina), hicieron el acompañamiento en "La balsa" y "Como nubes a mi té". Se reunieron en torno a los teclados del 'cuarto Maga', César Díaz, para interpretar un repertorio de canciones en un formato más íntimo si cabe. Rentable les está saliendo el artilugio que se agenciaron en el famoso mercadillo de la sevillana calle Feria por un euro (cortesía de Alvarito Huevo Frito), y que utilizan como base de acompañamiento en "Dormido" y "Celesta", durante unos instantes de pseudo-acústico, que culminaron rescatando "Táctica en la sombra", que no aparecía en sus setlists desde hace bastante. Antes de interpretar "Sí, pero no lo soy", relataron cómo surgió la canción, en un momento de desesperación y abandono de musas, donde recurrieron a sus conocidos y allegados en busca de inspiración y bocetos, y Manolo Soso concebió este tema, que ellos terminaron de pulir, y que sonó anoche precedido de las primeras estrofas de "Sucedáneos", en un guiño a The New Raemon ("maese Ramón Rodríguez, le reclamamos"), quien salió a compartir escenario y junto a quien nos brindaron una más que potente reinterpretación de "Astrolabios", para deleite del personal. Quedando patente el buen recibimiento de sus nuevas composiciones, éstas fueron intercaladas con otros temas míticos que los asistentes esperaban, como "Agosto esquimal" y "Diecinueve". En el primer bis tocaron "Des-pi-de” y, una vez finalizado tuvieron que volver obligados por los coros insistentes que resonaban en el teatro, haciéndolo sólo el solista, que a modo de regalo improvisado (agradecido por la buena acogida, y sorprendido por sobrepasar sus expectativas), nos brindó "Intentos de color" como punto y final. Adioses de jarabe, tos y café. La banda demostró que siguen siendo profetas en su tierra, porque, si hay algo que les sobra, es coherencia, complicidad y talento a raudales. Estoy convencida de que si hubiese dependido de él, Miguel Rivera no se habría bajado del escenario en otras tantas horas. Corren buenos tiempos para la lírica.

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