Este fin de semana se ha vivido en Madrid la nueva edición del festival más grande de la capital, el Madcool. A juego con el nuevo espacio, más grande y completo que el de pasados años, este Madcool 2023 contaba con un cartel repleto de nombres de alto nivel. Desde los californianos Red Hot Chilli Peppers, que celebraron el 40 aniversario de la banda en el escenario principal, pasando por Robbie Willams, Liam Gallagher y unos elegantes Queens of the Stone Age. Tampoco faltaron nombres más aptos para los más jóvenes, como Lil Nas X, Machine Gun Kelly o Sam Smith.
Mix de géneros y generaciones en tres jornadas que, por supuesto, no han estado exentas de las polémicas típicas que suelen acompañar a estos eventos tan grandes. Sabemos que nunca llueve a gusto de todos, pero el Madcool de este año se ha enfrentado al enorme reto de estrenar espacio y eso siempre conlleva desajustes que estamos seguros que serán corregidos en próximas ediciones. Y es que el tensiometro alcanzó su máximo en especial la jornada del último día que colgaba el cartel de aforo completo en su puerta. Pese a todo, clima agradable en los conciertos (no tanto si hablamos del sofocante calor) y buena música, como podréis comprobar a continuación en nuestras “mini” crónicas dispuestas por días y en orden alfabético, para que os resulte sencillo buscar nuestras impresiones de vuestro artista favorito.
Robbie Williams
Jueves 6 de julio de 2023
The 1975
La gran decepción en mi caso del primer día, la banda de Matt Healy debería tener mucho que demostrar, este es su momento y deberían dejar constancia de ello, en cambio su concierto me enseñó a una banda insulsa e inofensiva, sin tomar ningún riesgo sonando como los Coldplay de ahora poniendo música a un anuncio de colonia. ¿A que huelen las nubes? Posiblemente la respuesta esté en alguna parte de "Oh Caroline". Tuve que replantearme si me estaba volviendo un viejo roquero gruñón como Noel Gallagher o esta banda, que tuvo una respuesta envidiable y evidentemente gustó mucho a sus fans, era realmente así de mediocre. Posiblemente me esté volviendo un viejo gruñón, pero The 1975 no me dijeron absolutamente nada. Sergio Ariza
City And Colour
El proyecto de Dallas Green fue el encargado de abrir el escenario grande la primera jornada del festival, hacía mucho calor y mucha gente se refugió en la única zona de sombra que permitía el gigantesco escenario. Green tiene una voz privilegiada, a medio camino entre Jeff Buckley y Jim James de My Morning Jacket (palabras mayores), pero lo que no tiene son canciones a la altura. Hace un rock calmado, con fuertes raíces americanas y en sus momentos más intensos recuerda a Crazy Horse, lo más comentado era lo bien que sonaba la banda y el escenario, que es un poco lo que pasa cuando alguien ve una película y dice que le ha gustado la fotografía... Sergio Ariza
Franz Ferdinand
El final de la velada – que para muchos se alargaría hasta horas después debido a las colas para volver a casa – llegó en el escenario “Region of Madrid” con unos eléctricos Franz Ferdinand. Los escoceses jugaron en una pista de ambiente muy animado que retumbó con “Do You Want To” y terminó de explotar, como no podía ser de otra manera, en “Take Me Out”. Con detalles y juegos de percusión, los de Alex Kapranos cumplieron con lo previsto y regalaron a la noche madrileña ese dance-rock nostálgico que llevan cuidando con mimo durante años. Mara Gómez
Lil Nas X
Lo de Lil Nas X también fue un soplo de aire fresco pero de una manera totalmente diferente a lo de Sigur Rós, un artista que no esconde su sexualidad, ni el hecho de que gran parte del show es en playback. Su apuesta por los sonidos pregrabados se contrarresta con una potente puesta en escena en la que no para quieto un momento, siempre bien rodeado de sus bailarines. No tocó muchas canciones (si nos ponemos estrictos, no tocó nada) pero tres de ellas son jitazos incontestables, "MONTERO (Call Me by Your Name)", "Panini" y "Old Town Road". Sergio Ariza
Lizzo
Que la voz de Lizzo es colosal ya lo sabíamos, pero quienes no la habíamos visto en directo no esperábamos un espectáculo tan completo. Disco, pop, R&B y mucho descaro unidos en baile y movimientos de caderas - por decirlo finamente -. Entre “twerk” y “twerk”, la artista dejó bien claro su poderío sobre el escenario y la polivalencia de su talento con incluso un recital de flauta travesera en la reconocida “About Damn Time”. Boquiabiertos, nadie pudo dejar de “menearse”, como dice ella, en una actuación con visuales trabajados, cambios de vestuario y tantos “Bitch!” gritados por la ganadora de cuatro premios Grammy que, si los dejásemos por escrito, nos echarían abajo la web. Mara Gómez
Machine Gun Kelly
Tras montar un concierto improvisado en plena Gran Vía la anterior noche – y ser desalojado por la policía a los pocos minutos – el fenómeno del “pistolero”, como se hace llamar él, llegó al Madcool. Desde sus populares “emo girl” o “my ex’s best friend” hasta el “Danza Kuduro” de Don Omar, el joven músico ofreció un espectáculo muy pintón y animado, pero que no puedo evitar calificar como “postureo rockero”. Fuego, pantalones brillantes y manos cornutas en un escenario principal donde Machine Gun Kelly no paró quieto y dio a sus miles de fans justo lo que esperaban: mucho show y rock-punk de “viralidad” máxima. Mara Gómez
The Offspring
Charlatanes y eternamente jóvenes, los estadounidenses The Offspring pusieron en marcha la escena más “rockera” de la primera tarde del Madcool. “You people are way ‘mad cool’!” vociferaba el vocalista antes de hacer cantar a la multitud los divertidos estribillos de “Pretty Fly (For a White Guy)” o “The Kids aren’t alright”. Si los pelos locos de Emmet Brown nos hacían regresar al futuro, los pelos de punta de colores de Dexter y Noodles nos hicieron volver a la rebeldía y punk de finales de los 90. Y, a juzgar por los pogos y el buen ambiente, todos repetiríamos el viaje. Mara Gómez
Paolo Nutini
Primer gran concierto del Mad Cool. No soy un gran fan del escocés, pero he de reconocer que anda sobrado de voz y energía en directo, además, viene presentando el mejor disco de su carrera, "Last Night In The Bittersweet", después de un parón de casi 8 años desde "Caustic Love" y se le nota que le ha sentado bien. Suena más psicodélico y funk, con ligeras influencias de los Primal Scream del "Screamadelica", comenzando con un par de temas del mismo, primero "Afterneath", un explosivo collage de rock en el que luce su garganta contra un ritmo post-punk y, todavía mejor, "Lose It", en la que va subiendo con un crescendo espectacular, también sonaron clásicos de su carrera como "Scream (Funk My Life Up)", con su mezcla de rock y funk, y la pegadiza "New Shoes" que dio paso a uno de los mejores momentos del bolo con la gente coreando y enseñando sus zapatos en la mano. Sergio Ariza
Robbie Williams
Pasar de Sigur Ros a Robbie Williams es como para terminar en el frenopático, como ver "Persona" y "Misión imposible: Fallout" en sesión doble. Eso sí, se puede disfrutar de ambas y Williams demostró que es el perfecto "entertainer". Antes de su concierto sonó el "A little less conversation" de Elvis y a eso sonó su "Let Me Entertein You", al Elvis de Las Vegas, con vientos, bandaza y oleada de hits. Es cierto que no llega a la altura de Presley, pero Williams derrocha carisma y tiene un espectáculo que está a medio camino entre concierto y espectáculo de Broadway en el que el protagonista cuenta su vida, entre bromas, chascarrillos y conversaciones con el público (saludos a Gerard y a Núria). Es cierto que a veces recurre a trucos demasiado fáciles, como tocarse el "Land Of A Thousand Dances" solo para tener al público coreando el "Na, na, na, na", o que no todas las canciones son buenas, pero es un profesional enorme, se conserva muy bien, derrocha carisma y cuenta con varios éxitos incontestables, "Feel", "Kids" (con las coristas sustituyendo a Kylie), "Rock DJ" o la carismática "Angels", que desató el karaoke masivo, entre ellas. Fue el ganador popular sin reproches del día y comenzó el viaje a los 90 que terminaría la última jornada, con momento "Don't Look Back In Anger" incluido, aunque se lo permitimos por sus correrías en Glastonbury con los Gallagher. Sergio Ariza
Sigur Rós
El mejor concierto que vi en todo el festival, los islandeses no pegaban ni con cola con el resto y fueron un increíble soplo de aire fresco. No dieron un concierto, sino algo místico y trascendente que te transportaba a sitios diferentes. A pesar de ser un gran seguidor de su música, era la primera vez que les veía en directo y no me podía creer lo que estaba viendo. Escuchar a Jónsi ¿cantar? en directo es toda una experiencia, lo pongo entre interrogaciones porque lo suyo es otra cosa, una especie de instrumento celestial que parece sencillamente increíble que salga de una garganta humana, la intensidad que ponían en su música para acompañar a sus cantos de sirena era absolutamente brutal. Están en medio de la gira de presentación de su notable nuevo disco "ATTA", junto a una orquesta, pero el concierto del Mad Cool fue otra cosa bien distinta, ellos cuatro solos metidos en su mundo creando una música en la que si eras capaz de perderte en ella no había otro sitio mejor en el mundo en el que estar. No sonó una sola canción de "ATTA", pero no importó, sí sonó la perfección de "Svefn-g-englar", su mejor canción, pero tampoco importó, lo que importaba es ver a una banda tan concentrada en su música, creando algo único y especial, y sabiéndolo transmitir al público. Sergio Ariza
Sam Smith
Viernes 7 de julio de 2023
The Black Keys
Desde “Gold on the Ceiling” hasta “Lonely Boy”, ni un tema falló en “El Camino” de The Black Keys. Su rock eléctrico conectó desde el minuto uno con un - ya trasnochador - público del Madcool al que no le habría importado otras dos horas de los de Ohio. No incurrieron en charla ni entretenimientos con el público: puro “rugido de garaje” continuado entre blues y distorsiones. Una pena tener que vivir los últimos ritmos de camino a casa. Al menos en el trayecto en metro, pese a los miles de personas apelotonadas, seguía la guitarra de Dan Auerbach en nuestra cabeza. Mara Gómez
Delaporte
Siguiendo el popurrí de géneros del viernes, en uno de los escenarios en carpa, Delaporte rompía la noche con su rave tecnopop. Convirtiendo “La Gasolina” en un hit de club y creando una competición entre el público por ver quién gritaba “Ni un beso” más fuerte, el dúo electrizó la velada. No puedo evitar pensar que sus shows son como una clase de aerobic. Pero una de esas que, sin importar lo sudado, quieres repetir todas las semanas. Mara Gómez
Queens Of The Stone Age
Toda la calma del inicio de jornada voló por los aires en cuanto Queens Of The Stone Age pusieron pie en el escenario. Serios y directos, no hizo falta nada más que ese stoner rock elegante del que hacen gala para hacerse con todo el público. Desde su legendario “Go With The Flow” hasta el “Paper Machete” del nuevo “In Times New Roman”, que se convertirá en imprescindible en futuras setlist, los estadounidenses fueron finos y afilados. Un cuchillo que se clavó en la memoria de todo el Madcool y que, para muchos, fue el bolo conquistador del festival. Mara Gómez
Sam Smith
Los platos fuertes del segundo día tuvieron su pistoletazo de salida con el directo angelical de Sam Smith. Su comienzo estuvo marcado por algunas de las baladas que le hicieron hueco entre los mayores nombres del pop romántico. Mucho brillo y arte en unas letras que se integraban plenamente en la “golden hour” madrileña: “Too Good at Goodbyes” y “How Do You Sleep?” fueron cantados con pasión, no únicamente por su coro, sino por los miles de asistentes agradecidos por el apoyo persistente de Smith al orgullo LGTBI. Mara Gómez
Tash Sultana
Tras atravesar una multitud mucho mayor que la de la jornada anterior y varios continentes y océanos, pudimos llegar al edén de la australiana Tash Sultana. Ondas surferas en unos riffs de guitarra coordinados con la vibra relajada del atardecer; canciones largas ajenas a las nuevas modas que persiguen la instantaneidad: “I don’t give a f*** about the mainstream!”. Una declaración de intenciones que llegó antes de marcarse su mayor tema, “Jungle”, por sí sola, con casi una decena de instrumentos a su alrededor. Con ese sentimiento que plasma en cada nota, Sultana se va a convertir en un “must” en nuestras playlist de verano, por muy mainstream que suene eso. Mara Gómez
Red Hot Chili Peppers
Sábado 8 de julio de 2023
Belako
El concierto de Belako fue en la carpa de Ouigo, allí no había sol pero sí un efecto sauna con el que no hacía falta bailar su acertado post rock para acabar bañado en sudor. Presentaron las dos canciones de su nueva disco, la melódica "White Lies" y la salvajada punk "Sangre Total", su primera canción en castellano, dejaron claro su amor por Fermín Muguruza y Negu Gorriak con "Zaldi Baltza" y remataron con la pegadiza "The Craft". Tuvieron pequeños problemas de sonido, pero se les perdona teniendo en cuenta que tuvieron que ensayar y salir al escenario sin casi tiempo... Sergio Ariza
Cupido
La flecha del amor llegó a Madrid… y se posó sobre los de Pimp Flaco. El cóctel de este “dueño del trap” y el bedroom pop de la banda Solo Astra logra siempre un fiel público que lo acompaña en cada frase. Sí, me declaro una culpable más de mandar “pico tres” - como ellos llaman al símbolo del corazón (“<3”) - y links de “Galaxia” o “Tu Foto” en Spotify como declaración de amor. Precisamente con esta última - y Toni (guitarra y teclado) subido sin miedo a los hombros de otro de ellos - terminaron un concierto repleto de “amor indie”, colorines y autotune sin remordimientos. Mara Gómez
Kurt Vile & The Violators
Si la jornada del viernes Tash Sultana había puesto banda sonora a la puesta de sol, el atardecer del sábado cayó de la mano de la psicodelia relajada de Kurt Vile. Todo ello junto con su banda, The Violators, que, lejos de delinquir, complementaron la maestría de las letras de Vile. Entre asistentes sentados disfrutando de los últimos rayos, “Wakin On A Pretty Day” sonó como un apacible regalo del productor y compositor estadounidense: buenas vibras e intimismo que atraviesa toda dimensión.Mara Gómez
M.I.A
El premio al directo más excéntrico de la noche del sábado se lo llevó, sin duda, M.I.A. La británica quebró toda norma y frontera entre ritmos árabes, reggae y rap en un estallido de color y electrónica. Entre efectos de sonido de todo tipo (ambulancias, bocinas, cajas registradoras, pistolas…) se desarrolló el espectáculo de esta carismática artista. No paró quieta ni un momento, zambulléndose entre el público en varias canciones, como en su célebre “Paper planes”: forrada – nunca mejor dicho – de billetes de euros y dólares, se tiró sin miedo a la pista de baile que ella misma había creado. “¡Alguno me ha robado algún billete!” reía, insaciable, después del baño de masas. Mara Gómez
Liam Gallagher
Básicamente Liam Gallagher es una banda tributo a Oasis, él sigue poniendo las poses, las caras, el icónico peinado, y puede que sea el único tipo al que se le pueda permitir llevar una parca con capucha y unas calzonas al mismo tiempo. Ha recuperado voz, no la tiene como en 1994 pero sí mucho mejor que en 2006, y sigue teniendo ese extraño carisma de amor/odio que siempre ha despertado. Se ha autoproclamado como el sagrado defensor de su ex banda, aunque es incapaz de llamar a su hermano, a pesar de que las canciones fueran suyas. Así que las toca casi exactamente igual a como sonaban en estudio, los guitarristas clavan las líneas y solos de Noel y se quedan siempre fuera de foco, las canciones en solitario de Liam suenan a trámite hasta el siguiente gran clásico de Oasis, Liam sabe cuáles son las buenas, por eso sorprende que elija "Roll It Over", por encima de algún que otro clasicazo de "Definitely Maybe" o "(What's The Story) Morning Glory?", los dos picos absolutos de una carrera que nunca volvió a dejar otra obra que se acercara a esos dos colosos, siendo el tercer mejor disco de los mancuniandos "The Masterplan", el recopilatorio de caras B de aquellos discos. Y es que a la estúpida pregunta de si Blur u Oasis solo hay una respuesta válida, Blur tienen mejor carrera, son más listos (o menos estúpidos) y tienen más discos buenos y canciones, pero, como decía, la respuesta es clara, Oasis en 1994 y 1995. Si alguna vez se juntan para llenar estadios, ganar aún más dinero y odiarse más que nunca, deberían tener prohibido tocar nada posterior a 1997. Puestos a ser una banda tributo que lo hagan a lo grande. Eso sí, les podrás decir lo que quieras pero cada vez que toquen "Rock & Roll Star", "Cigarettes & Alcohol", "Wonderwall" (me juego la vida a que no ha habido canción más coreada en todo el festival) o "Champagne Supernova", deja de insultarles un momento y grita y aplaude porque estas ante canciones gigantescas, colosales y no hay nada que ni Liam (sobre el que no había muchas expectativas pero ha conseguido sacar algún disco potable), ni Noel (que sabe bien que nunca volverá a escribir algo a la altura de "Don't Look Back In Anger") puedan hacer que vuelva a rallar a aquella altura. Es un hecho, se junten o no se junten los hermanos. Sergio Ariza
Primal Scream
Es curioso lo de Primal Scream, un grupo aclamado por la crítica por sus discos en los que mezclaban de manera convincente el rock y la música dance, con la inestimable ayuda de Andrew Weatherall, pero que en directo, y a veces en estudio, siempre han querido ser un poco como los Stones del "Exile On Main Street", así suenan actualmente, como si su disco más importante fuera "Give Out But Don't Give Up" y no "Screamadelica", con un Gillespie afilado y un coro de góspel, ellos son perfectamente conscientes de ello y dirigen al público a que aporten los coros del "Sympathy For The Devil" al clásico "Come Together". Puede que se hayan convertido en una banda tributo a los Stones pero como banda tributo con canciones propias tienen un pase evidente y canciones como "Movin' On Up", "Jailbird", "Country Girl" y "Rocks" deberían tener el sello de aprobación de Jagger y Richards. Y sí, a mí también me gustan más cuando se ponen más experimentales pero, a pesar de su rollo derivativo, autoparódico y falto de vergüenza fueron muy divertidos, a veces está bien desconectar y reconocer que es solo rock & roll pero nos gusta. Sergio Ariza
The Prodigy
Lo primero es lo primero, ¿son Prodigy una banda de tributo a sí mismos? Pues si hacemos caso del repertorio sí, se siguen centrando en sus discos de los 90 (la década que ha marcado el Mad Cool y en especial su última jornada) y no han sacado disco desde hace cinco años, pero, la verdad, en este caso poco importa, desde el momento en el que Maxim aúlla el primero de innumerables "fucking" y Howlett desata la tormenta perfecta electrónica uno se queda con que pocos grupos más apropiados para cerrar un festival. Y es que después de The Prodigy, como con Atila, ya no vuelve a crecer la hierba y las pocas energías que quedan después de tres días de festival desaparecen, incluso para aquellos que van dopados. Hay que afrontar el largo camino de vuelta y está bien hacerlo después de su apabullante actuación, "Beathe", "No Good (Start the Dance)", un "Firestarter" instrumental y con la silueta de Keith Flint como homenaje presidiéndolo todo, "Poison" o "Smack My Bitch Up" todavía retumban en las decenas de miles de personas que han abarrotado un festival que casi muere de éxito de convocatoria.
Red Hot Chili Peppers
Lo bueno del concierto de los Red Hot Chili Peppers es que se resisten a ser una banda tributo a sí mismos, hicieron lo que les dio la gana tocaron (muy bien) casi solo temas nuevos con alguna pequeña concesión ("Californication", "By The Way", la traca final con "Give It Away") entre medias, con Frusciante y Flea metiéndose en varias 'jams' más para su propio disfrute que el del público. Lo malo, pues eso mismo pero al revés, que la gente prefiere escuchar "Under The Bridge", "Scar Tissue", "Dani California", "Suck My Kiss" o, ya que nos ponemos, “Knock Me Down”, que los temas más bien flojitos de sus últimos discos. Tampoco puede ser que las dos únicas canciones de tu mejor disco, "Blood Sugar Sex Magik", lleguen en los bises y suenen casi a propina sin ganas, aunque he de reconocer que siempre sienta bien escuchar "I Could Have Lied". Tampoco hubo una sola concesión a su repertorio anterior al mítico disco de 1991, ni mucho menos a su disco con Dave Navarro. Tocan muy bien, eso quedó claro pero llevan sin hacer un disco redondo casi 25 años. El dilema sigue ahí, convertirse en banda tributo a uno mismo, mirar atrás sin ira, o intentar mantenerse relevante intentando mirar al futuro. Aquí hubo un poco de uno y de otro y el resultado, aun así, también fue decepcionante. Sergio Ariza
Sylvan Esso
Solo con ver la cantidad de gente que había en el concierto de Sylvan Esso y compararla con la que había a la misma hora el jueves, te dabas cuenta que la jornada del sábado iba a ser la más concurrida. Su folktrónica desató los primeros tímidos bailes a pesar de los 40 grados a la intemperie, canciones frágiles y delicadas con instrumentos electrónicos como "Die Young" o "Echo Party" demostraron que la fórmula de Amelia y Nick funciona bastante bien. Sergio Ariza
Teo Planell
Contaba la leyenda que, si uno era capaz de atravesar el enorme gentío y llegar a la otra punta del recinto, podía encontrar el interesante microclima de artistas emergentes de la zona “Vibra Mahou Avenue”. Con mucha paciencia pude comprobarlo con mis propios ojos en el acogedor bolo de Teo Planell. El madrileño logró transportarnos, con sus electro-baladas, a un lugar remoto donde el tiempo se detiene y el alternativo tiene cabida en un multitudinario festival. Su más enérgica “BB” se unió con un último “Ritmo” en el que Teo Ludacamo se unió para botar este “TikTok hit” en directo. Mucho talento en este escondite que, desafortunadamente, parecía secreto para muchos. Mara Gómez
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