No hicieron falta ni saludos ni presentaciones. A la hora convenida apareció Laura Jane Grace sobre el escenario seguida por el resto de la banda y el público en las primeras filas comenzó a enloquecer. Against Me! volvían a nuestro país de gira tras su paso por el Resurrection Fest en el 2012 con su nuevo disco, “Transgender Dysphoria Blues”, recién publicado.
No se puede negar que entre el público había cierta expectación ante el resultado del cambio de sexo de la vocalista, pero cualquier duda quedo disipada en cuanto sonaron los primeros acordes y Laura cogió el micrófono. Ya fuera con temas de su nuevo álbum (“FuckMyLife666”, “Unconditional Love”, "Black Me Out"), canciones que nos llevaban atrás en el tiempo (“I Was A Teenage Anarchist”, “Pints Of Guinness Make You Strong”) o incluso con la dramática “Turn Those Clapping Hands into Angry Balled Fists”, quedó muy claro que a pesar de todos los cambios que ha sufrido la banda la música y la visceralidad siguen intactas. Sólo cabe lamentar el cierre poco lucido del concierto, seguramente por cuestiones de horario, que nos dejó con la sensación de que faltaron un par de temas para rematar el set-list con la brillantez que merecía.
Mientras se prepara el escenario para Bad Religion aprovechamos para acercarnos a la barra, recuperar posiciones y reunir a los amigos... Porque no hay que olvidarlo, esto no es sólo un concierto, esto es parte de la educación sentimental de toda una generación. Y a la hora en punto ahí estaban, más viejos, más canosos y algo más fondones. Pero tan en forma como siempre. Una mezcla de felicidad y nostalgia me invadió y al mirar a mi alrededor no pude reprimir una sonrisa al pensar que nosotros también somos los mismos que hace años escuchábamos sus discos grabados en cintas decoradas con rotuladores de colores, y también estamos más viejos, más calvos (al que le haya tocado) y más fondones. Así que lo mejor que pudimos hacer es seguir el ejemplo del Dr. Graffin y cantar al unísono el primer tema con el que arrancaron, “Fuck You”. Uno tras otro la banda comenzó a repasar temas de su extensa trayectoria musical, arrancaron con un par de su último albúm “True North”, pero sin duda cuando más vibró el público fue cuando tocaron sus grandes hits. Puños al aire, bailes, coros... Todo valía para acompañar a himnos generacionales como “Stranger Than Fiction”, “I Want to Conquer the World”, “21st Century (Digital Boy)”, “Supersonic” o “Do What You Want” entre otros.
Para los bises reservaron una terna que puso los pelos de punta: “Generator”, “Infected” y “American Jesus”. Respecto a la banda está claro que los años no pasan en balde, aunque siguen transmitiendo la sensación de disfrutar sobre el escenario, capitaneados por un vocalista y autor de algunas de las letras más incisivas del punk, Greg Graffin, que no cesó de animar al público durante todo el concierto con su escaso castellano.
En fin, quizá no ha sido el mejor concierto de nuestras vidas. Pero sí que vi muchos abrazos entre amigos, sonrisas de satisfacción y camisetas sudadas.
Conciertazo lo de ayer en Madrid. Bastante de acuerdo con la crítica, no así con el título que hace pensar que fue mal concierto. Grandes Bad Religion.
De los 8 concieretos que he visto de Bad Religion ha sido el que ha estado a un nivel más bajo. El otivo: la selección de los temas. Tocaron demasiadas canciones escritas después del 2000, canciones buenas y de cuidada elaboración, pero rara vez a la altura de los temazosde sus discos de los 80 y 90
Tambien en contra del t´tulo del artículo: este grupo es la bomba y mantiene el empuje y la honestidad de siempre en directo. LO que paso es que faltaron canciones míticas como We are only gonna die, NO CONTROL... y sobraron temas de sus albues más recientes,