Feliz año nuevo, Madrid
ConciertosLori Meyers

Feliz año nuevo, Madrid

8 / 10
JC Peña — 02-01-2024
Empresa — Spanish Bombs
Fecha — 30 diciembre, 2023
Sala — WiZink Center, Madrid
Fotografía — Victor Moreno

Cinco años después, los de Loja, acompañados por un generoso elenco de amigos invitados, volvieron a tomar el exigente recinto del WiZink Center en un vibrante último concierto del año. Tiraron, por supuesto, de repertorio, pero combinado con material de su último LPEspacios infinitos en el que desarrollan su versión más expansiva, escapista y madura. Sus acólitos respondieron desde el primer minuto a una puesta en escena que no tiene nada que envidiar a la de cualquier figura del pop internacional. Es a lo que Lori Meyers aspiran desde hace mucho tiempo, tratando de equilibrar personalidad y vocación masiva.

Los protagonistas de la noche estuvieron precedidos por sus paisanas Las Dianas, cinco chicas jovencísimas que practican un pop de guitarras entre los primeros Planetas y los Ramones con letras ingeniosas repletas de dardos a ex y bandas de tipos estirados que las miran por encima del hombro: “los que la gente usa en los festis para ir a mear”. Su frescura genuina se contagió a quienes iban llenando la pista.

Lori Meyers irrumpieron en escena con proyecciones apocalípticas y mucha energía en la interpretación de “Seres de luz”, piedra angular de su nuevo sonido. Su hit “Luces de neón”, que atacaron inmediatamente después, marcó territorio. Hablando de luces, hay que destacar el espléndido trabajo en el diseño de la iluminación y los vídeos que complementan un espectáculo de diseño milimétrico muy pensado para recintos de dimensiones colosales, y que discurre con la versátil naturalidad de la banda. Los andaluces no tienen problema en pasar del rock psicodélico a las baladas de estribillos tiernos, los pasajes donde mandan las atmósferas futuristas, el indie pop de autor, el funk rock bailable y la delicadeza sensible. Es su sello.

Cierto: mandan en su propuesta las soleadas melodías pop -en el sentido más amplio del término- de estrofas y estribillos, con la inconfundible voz de Antonio López “Noni”, que no se reserva nada desde los primeros compases y cuando no toca la guitarra se contonea recorriendo escenario y pasarela con sus bailes angulosos. A su alrededor la revitalizada banda propone una solidez forjada en cientos de escenarios y en la que todavía queda espacio para los matices. Y salvo algún anecdótico momento de flojera, el concierto fluye sin arritmias en las casi dos horas que dura.

Dado su carácter especial, como reconoció Noni, la velada contó nada menos que con cinco colaboraciones: los tres duetos con chicas con los que la banda ha colaborado (Manola en “Tú ya no dices nada”, Anni B Sweet en “Primaveras” y Kora en “No me merecía la pena”) funcionaron como si llevaran toda la vida ensayándolas juntos.

Tampoco desentonó James Bagshaw de Temples, artífice del sonido de su último disco, que vino desde Inglaterra para acompañarles con la guitarra en la poderosa y atmosférica “Hacerte volar”. Ya en la parte final, la banda se reservaba la sorpresa de sacar al primo del vocalista, que se marcó unas rumbas flamencas mientras la banda reivindicaba sus raíces (“Rumba en atmósfera cero”).

El público estuvo muy metido en faena, coreando a pleno pulmón hits de la casa como “Tokio ya no nos quiere” o “Siempre brilla el sol”, y dejándose mecer por la cadencia de delicatessen como la magnífica “Océanos”.

Y la banda tuvo el acierto de irse en todo lo alto, tras encadenar sus gemas “Mi realidad” y “Alta fidelidad”. Noni se había dado un baño de masas preguntando a Madrid cuándo nos volveríamos a ver otra vez, y felicitando el año nuevo. No podía terminar el evento sin que banda e invitados salieran abrazados a saludar, como se suele hacer en las ocasiones señaladas.

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