El grupo granadino presentó su nuevo disco en Madrid ante un público totalmente entregado a sus canciones y en una sala que presentaba un lleno hasta la bandera. Sin duda la Joy Eslava ya se les queda pequeña a unos Lori Meyers cuyo nombre ha terminado de dar el salto a la primera división. Y eso se hace evidente más que nunca en sus directos, en los que la mitad del tiempo el público hace los coros a Noni. “Cronolánea” es un buen disco en el que el grupo ha preferido madurar el sonido con melodías más trabajadas, pero a la hora de llevarlo al directo a los granadinos todavía les falta rodar esa parte del repertorio. En Madrid, la voz de Noni no sonó tan clara en vivo como en el estudio y en muchas ocasiones sonaba demasiado apagada y sepultada por las guitarras. Además las nuevas canciones resultan menos inmediatas que pasados hits del calibre de “Mujer esponja” o “Tokio ya no nos quiere”, que volvieron a recuperar para disfrute de sus incondicionales, y que -no es casualidad- resultaron los de más pegada. En cualquier caso disfrutamos de un magnífico concierto de una banda que (¡grandes noticias!) pese a sus saltos de gigante todavía no ha parado de crecer.
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