Lo imperfecto fue... perfecto
ConciertosDover

Lo imperfecto fue... perfecto

8 / 10
David Lorenzo — 18-03-2015
Empresa — Ártica
Sala — El Sol, Madrid
Fotografía — Juan Pérez Fajardo

Quizás fuese una de esas macabras bromas del destino, pero lo cierto es que la presentación de su nuevo disco “Complications” (Sony Music, 14), tuvo precisamente eso, un inicio bastante complicado. A excepción de “Spectrum”, “Winter song” y “Better day”, los primeros temas del concierto pertenecían todos a su nuevo largo. Así “sonaron” “Too late” (con la que abrieron la velada), “There´s a place” (tema que sólo aparece en la edición deluxe), “Mystified”, “Four to the floor” y “Like a man”. Y escribo “sonaron” porque tal vez por un exceso de motivación, porque la voz de Cristina parecía estar un poco tocada con respecto a otras ocasiones, porque los temas nuevos todavía no están rodados en directo o por una suma de todos estos motivos, el caso es que se produjo un vendaval sonoro un tanto confuso que se comió por completo la voz de la pequeña de las Llanos e hizo que buena parte del público comenzase a gritar eso de: “¡qué no se oye!”. Amparo, sin duda el cerebro del grupo, salió al quite con estas palabras: “casi es la primera vez que tocamos las nuevas canciones. Estamos algo nerviosos, pero vosotros nos ayudáis”.

Y en esas estábamos cuando explotó “DJ”. Canción escupida y tocada desde las entrañas. Una bomba brutal y violenta que obró el milagro de la catarsis colectiva. Sólido cimiento sobre el que el grupo comenzó a construir esa máxima que dice que la perfección no existe y que hay imperfecciones que con talento y actitud acaban siendo perfectas. Porque no nos engañemos. Los toques pop cálidos y lumimosos, el sonido heterogéneo y la variedad de matices que Dover ha conseguido plasmar en su último disco apenas aparecieron esta pasada noche al interpretar sus nuevas canciones, con una excepción, esa “Sisters of mercy” qué se convirtió en un maravilloso homenaje del grupo a Tom Petty. Pero tampoco nos equivoquemos, la rabia infringida en directo a estos nuevos temas, sirvió para engrandecerlos, para hacerlos más poderosos. Y esto es muy meritorio. Porque a diferencia de la mayoría de grupos consolidados y con amplio repertorio que presentan nuevo disco, Dover no pasó de puntillas por las nuevas canciones para luego centrarse en los éxitos pasados. Los madrileños tocaron prácticamente todo su nuevo álbum, logrando que no se produjesen bajones entre los cortes más conocidos y los nuevos, que no hubiese fisuras, que el público vibrase igual con “Cherry Lee” o con “Loli Jackson” que con “Crash” o con “Complications”. Que los asistentes coreasen cada nuevo tema como los hits más destacados de su prolífica carrera, engrandece también “Complications”. Sí amigos, Dover lo ha vuelto a hacer, ha conseguido parir otro disco plagado de himnos. Y eso es muy difícil.

Como difícil es conseguir tener un público tan entregado y tan heterogéneo. Gustar a gente que va desde los veinte hasta pasados los cincuenta. Conservar a los seguidores más antiguos y fidelizar a nuevos fans. Algo extraordinario que una Cristina más sonriente que nunca no quiso dejar de remarcar: “me cuesta mirarme y ver cosas buenas en mí, pero cuando os veo mirarme a vosotros, con esas caras entusiasmadas, me hacéis sentir muy feliz”. Algo que también expresó a la perfección Amparo cuando Jesús se lanzó con un solo de batería para acompañar los gritos del público coreando su nombre: “Jesús, deja de tocar así, que luego nos acaban saliendo ritmos africanos y la tenemos”. Esa felicidad, ese optimismo que impregna su nuevo disco, sí que lograron transmitirlo ayer Dover en El Sol. Y dentro del huracán sónico en que transformaron en directo los nuevos temas también se notaron dos de los aspectos más innovadores que ha introducido el grupo en “Complications”: una base rítmica con más matices (excelente en “Four to the floor”) y unas guitarras más juguetonas y luminosas (soberbia Amparo en “Like a man”).

Tras superar las complicaciones iniciales y para acabar de convertir lo imperfecto en perfecto, ya sólo quedaba rematar la jugada con un desenlace a la altura. Y claro está, que mejor forma de hacerlo que enlazando cinco clásicos: “Cherry Lee”, “Loli Jackson”, y tran un breve respiro para coger aire (público y grupo), “Rain of the times”, “King George” y “Devil came to me”, en unos bises que amenazaron con reventar los cimientos de la sala y provocaron un desparrame colectivo que acabó con Cristina volando sobre los brazos del público .

Un comentario
  1. pues el último disco, aunque una vuelta al "rock" es un pestiño que te mueres...

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