Llamada a la diversión

A la británica de ascendencia vasca Natalia Tena la conocerán ustedes fundamentalmente por su papel de Osha en la popular serie de televisión “Juego de Tronos” (¿dónde demonios se ha metido en esta cuarta temporada?) o por encarnar a Nymphadora Tonks en diversos filmes de Harry Potter. Bien, pues sumen entre sus logros su papel en la premiada “10.000 KM” (vencedora en el festival de cine español de Málaga) de Carlos Marques-Marcet y, desde hace unos pocos años, por ser vocalista y acordeonista de Molotov Jukebox, formación que vimos ayer en concierto y que volverá a España como uno de los cabezas de cartel del festival levantino Iboga.

Sobre las tablas, Tena demostró ser todo un carácter, dirigiendo no solamente la banda con la que compartía escenario, sino increpando al público con decisión y rotundidad (las raíces vascas erigiéndose sobre las británicas). Quería que todo el mundo bailase y, más por su repertorio y su ritmo que por sus palabras, lo acabó consiguiendo. Porque Molotov Jukebox, sin contar con ningún tema rotundísimo sí tienen un arsenal de canciones bailables que funcionan en su mezcla arrabalera de géneros (“Tick Tock” sería uno de los ejemplos más claros para definirlo), desde el pop rock de estribillo al mestizaje, el swing, el cabaret o los latin grooves, en una mixtura que han dado en llamar “gypstep”. Eso vendría a significar que, sobre una base de bajo y batería, dibujan su setlist combinando guitarras eléctricas con violín, trompeta y acordeón, con acierto, sí, sin sorpresas pero con acierto.

Está claro que jugaban en casa (buena parte de la audiencia se acercó tras el proyección de “10.000 KM” en un cine barcelonés), pero no tardaron demasiado en contagiar también a quienes no tenían su repertorio tan por la mano. Diría que la intención de Molotov Jukebox, visto su directo, es llamar a la diversión más que interpretar un repertorio memorable en compañía de sus acólitos. Y por ello acertaron y la noche funcionó. Porque bailar y reir nunca están de más.