Fue una cita realmente especial. Linkin Park presentaban “From Zero” en Londres, marcando un nuevo capítulo para la banda tras el fallecimiento de Chester Bennington. Desde que el 5 de septiembre nos sorprendieran revelando un secreto muy bien guardado –su vuelta a los escenarios, nuevo disco y nuevos miembros, Emily Armstrong, como cantante y Colin Brittain a la batería–, no pudimos dejar de imaginarnos cómo sonarían Linkin Park en esta nueva etapa. Una etapa que, sin lugar a dudas, les llevará a ser cabezas de cartel de festivales de todo el mundo y a protagonizar una extensa gira planetaria, el “From Zero World Tour”, del que se anunciaron ya las seis primeras ciudades: Los Ángeles, Nueva York, Hamburgo, Londres, Corea del Sur y Colombia. Las entradas se agotaron en minutos para todas las fechas y la pre-venta estuvo abierta solamente a los miembros de su club de fans, algo que sin duda se agradece.
Para estos primeros conciertos han elegido el formato “arenas”, con aforos de alrededor de veinte mil personas por recinto, aunque también han confirmado que habrá shows de estadios antes de lo que imaginamos. Los tickets para verles en el O2 Arena de Londres se agotaron, claro está, en un suspiro. En este recinto de North Greenwich se palpaba la emoción, con colas en los puestos de merchandising y la música del grupo atronando en los pubs cercanos antes del concierto. Y es que Linkin Park no pasaban por allí desde los tres conciertos que ofrecieron en 2017 (dos en el mismo O2 Arena y un concierto en el O2 Academy, todos ellos sold out).
El grupo se presenta en un escenario formato trescientos sesenta grados respaldados por un impresionante show visual con láseres y vídeos creados especialmente para la ocasión. Además incorporan transiciones de una canción de su discografía para introducir cada uno de los cinco actos, que varía según el setlist elegido en cada ciudad. En el show de Londres utilizaron “Iridescent”, de la que sonaron distintas partes como cortinillas introductorias. Sobre el escenario nos encontraremos con Phoenix (bajista), Mike Shinoda (cantante, guitarrista, teclista), Alex Feder (guitarra, sustituto de Brad Delson durante la gira), Colin Brittain (batería), Emily Armstrong (voz) y Joe Hahn (DJ), que van intercambiado posiciones y moviéndose por el escenario, aprovechando las posibilidades del formato trescientos sesenta. Con ello ofrecen siempre una perspectiva distinta al público, enriqueciendo la experiencia.
En su concierto londinense, la banda presentó un show completamente nuevo en concepto, iluminación y sonido, además de un repertorio que irá cambiando dependiendo de la actuación. Hasta el momento han interpretado tres setlist distintos, en los que se han descubierto canciones como “A Place For My Head”, “Lost In The Echo” y “Keys To The Kingdom”, y en los que se repasan sus veinticinco años de trayectoria. El set se distribuye en cinco actos: “Inception”, “Creation”, “Collapse”, “Kintsugi” y “Resolution”. A lo largo del recorrido, interpretan éxitos como “Faint”, “In The End”, “Somewhere I Belong”, “Papercut”, “Numb” –en su versión “Numb/Encore”, de “Collision Course”– o la recuperada “My December”, que interpretan en acústico con Colin Brittain a la guitarra y cantada por varios miembros de la banda, creando uno de los momentos más íntimos y especiales de la noche. También incluyen temas como “What I’ve Done” y “Bleed It Out”, canción con la que terminan un concierto de más de dos horas de duración. Otras canciones que pudimos escuchar fueron “Friendly Fire”, inédita hasta que formó parte de “Papercuts”, y “Lost”, recuperada de las sesiones de grabación de “Meteora” y que interpretan únicamente Shinoda (al piano) y Emily (a la voz), creando otro de los momentos íntimos de la noche y subrayando el fascinante potencial de la recién incorporada nueva vocalista del grupo. Y aprovecho el comentario para subrayar que Emily Armstrong es tan capaz de interpretar los clásicos del grupo como de sorprender al público con la intensa ejecución de “Heavy Is The Crown”, uno de los primeros adelantos de “From Zero”. Aunque lo cierto es que, en todo momento, está bien respaldada por los fans que se le unen a la hora de cantar los grandes éxitos del pasado.
El concierto sirvió también para dejar claro que Linkin Park se han tomado muy en serio este retorno y que han trabajado mucho para que todas las nuevas piezas encajasen y funcionasen a la perfección. Se les ve disfrutar sobre el escenario y es evidente la complicidad entre los miembros veteranos del grupo con Colin, Emily e incluso con Alex. Quizás haya tenido que pasar mucho tiempo para volver a verles sobre el escenario, pero no se me ocurre, viéndoles tan felices, mejor manera.
Que Linkin Park vuelvan es motivo de celebración y es indudable que este retorno es lo que los fans nos merecíamos tras respaldarles durante tantos años. Pero lo más importante es que la química sobre el escenario es evidente, lo cual hace anticipar que esta nueva era será espectacular.
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