Primer concierto del No Azkena Rock 2021, el bautizado como Special Edition. Unas 300 personas se acercaron la tarde-noche del miércoles hasta el Iradier Arena. Teniendo en cuenta que el aforo actual del recinto es de 1.100 personas, os podeis hacer una idea de lo desangelado que resultó el evento. Varios posibles motivos para explicar la situación: mitad de semana, un cartel dispar o el hecho de que ver a los Lendakaris sentado en una silla supone un oxímoron gigante en sí mismo. Todo ello provocó que cualquier parecido con el ambiente propio de un concierto de punk o de rock fuese mera coincidencia.
Difícil panorama se les presentaba a los guipuzcoanos Ezpalak. A las 19.30 en punto ingresaron en el escenario y comenzaron su repertorio ante unas 50 personas. A pesar de todo, pusieron ganas y energía, y consiguieron defender su cancionero basado en sonidos noventeros, alternando momentos grunges y stoners con otros de poso más pop. Tocaron prácticamente entero "Kolpatu Topatu", su más reciente grabación de larga duración, y añadieron algunos temas de su homónimo disco debut. La traca final elevó el nivel con la caña de "Atarian", "Banpiroak" y "Zatoz", quizá su canción más redonda y un hit en potencia. "Itzala" también les está abriendo muchas puertas en la escena musical euskaldun, pero su épica contenida, potenciada por un estribillo muy resultón, no sobrevivió a la gelidez que se respiraba en la ex plaza de toros vitoriana.
La gente continuaba entrando a cuentagotas, mientras se ultimaban los preparativos que darían paso a la actuación de los cabezas de cartel de la noche. Bandera gigante desplegada, con águila godzillera incluida, y los cuatro navarricos ingeniosos y respondones tomaron las tablas dispuestos a no dejar títere con cabeza. Lo único que fue light fue su primer tema, esa "Cerveza sin alcohol" de minuto y medio con la que, ya de inicio, rompieron las hostilidades. Hasta 30 canciones desfilaron a todo trapo durante hora y cuarto de pura descarga de adrenalina. Lendakaris Muertos repartieron a diestro y siniestro, picoteando de su amplia discografía. Sonaron "No tomorrow" y "Speed light", adelantos del que será su próximo trabajo publicado, "Spainkiller". Tampoco se dejaron en el tintero bombas de actualidad postpandémica como "Cóctel molotov al chivato del balcón" o la tronchante "Miguel Bosé". Por el camino se unieron, por supuesto, pequeños y grandes clásicos lendakarianos. "El último txakurra", "Cómeme la franja de Gaza", "Fuimos ikastoleros" y "Veteranos de la kale borroka" fueron de los más coreados por una muchachada entregada a la causa del desfase y el cachondeo. Memorable resultó la interpretación de la mítica "Gora España", con la que Aitor se metió en un jardín pureta y viejoven, rememorando la célebre fotografía de Emilio Butragueño con sus "balones" escapando del ajustado pantalón futbolero ochentero.
Tras una hora de punk rock batallero sin concesiones, los Lendakaris Muertos se tomaron un mini descanso de cinco minutos, durante los que no cesaron de escucharse peticiones del respetable para el consabido bis. "¡Ojeras farloperas!" gritaban unos. "¡Gafas de pasta!" respondían otras. "ETA, deja alguna discoteca" precedió al desparrame final y pasao de rosca protagonizado por "Modo Dios" (y Diosa) y el himno "Oso panda", que terminó de enfervorecer a la juventud que poblaba las mesas más cercanas al escenario.
Al mal tiempo, buen humor.
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