Noche de reggae, de dub, en el centro financiero de Bilbao. Humos previos en la gran vía para el asombro de la ciudadanía que no relacionaba esos olores con tal insigne avenida. “El Padrino del Dub”, Lee “King” Perry, “The Upsetter”, “Scratch” por primera vez en Bilbao.
20:15, se apaga la sala llena de gentes dispares entre las que se unen corbatas y Dreadlocks, canas y acné. La banda comienza con el ritmo de "Satta Amassagana" tras el cual el bajista presenta a Perry que aparece recitando desde el backstage con energía, como si sus recientes 80 cumpleaños le hubieran dado más ganas de provocar. Aparece con un traje imposible y un altar en la cabeza en el que dominan los leones, Haile Selassie, los dorados y los espejos, primer gran aplauso de la noche. El cuarteto (batería,bajo,guitarra y teclados) que le acompaña va lanzando ritmos clásicos entre las producciones del genio: "War inna Babylon", "Happy birthday" con el que se auto felicita, "Crazy balheads", "Natural mystic", "Chase the devil", "Have some mercy" que le sirven para lanzar fraseos en los que une al diablo, Europa, política, sistema bancario, terrorismo “Isis I am Crisis” y el uso espiritual de la hierba. Tras encenderse su segundo spliff y ya con el escenario y su cuerpo bendecido por la rioja el concierto se detiene… La sala no puede tolerar tanto humo aunque sea parte del show…tras 5 minutos de desconcierto y con el apoyo del público, que se posiciona a favor del “aitite rebelde”, aparece de nuevo la banda y continúan con “ I am a mad man” ritmo que naturaliza mucho la escena vivida al que le siguen: "Police and thieves", "Girl i´ve got a date", "Exodus", tres temas que confirman su obsesión actual por ser más crítico, más explícito con el micrófono. Hasta el punto de despedirse lanzando reproches a la sala, a los managers, por no haberle dejado disfrutar de su segunda brotxa. Si él ya lo había avisado: “No joint - No Show”.
Sin duda la mejor de las veces que hemos visto a Lee Perry, completamente consciente de donde estaba, con un discurso claro, un mensaje actual y un set reducido en el que da libertad a la banda para que desarrolle los temas a su antojo, hubo hasta un momento jazzie... Siempre hay gente que cree que va a ver al cantante de ska de Studio One, al técnico que hipnotizó con sus overdubs en Black Ark o incluso al productor de tantos talentos de la isla, pero Lee es desde hace muchos años, una mezcla de George Clinton, Salvador Dalí y lola Flores, ni canta ni baila ni falta que le hace, y tras la extravagancia calculada al milímetro guarda un artista sin par que continua atrayendo gentes de todo pelaje.
Hasta la próxima, Lee. Leyenda
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