La eterna llama soul
ConciertosLee Fields

La eterna llama soul

9 / 10
Jon Pagola — 10-10-2016
Empresa — Kursaal Eszena
Fecha — 09 octubre, 2016
Sala — Kursaal
Fotografía — Lorena Otero

Si el concierto hubiera tenido lugar en el Jazzaldia (como hace un par de años) o en el marco de cualquier otro festival de la ciudad, Lee Fields & The Expressions habrían congregado a miles de asistentes. Pero San Sebastián, una ciudad que se mueve a golpe de eventos, no suele responder de la misma manera cuando un concierto es, eso, un concierto. En lugar del espacio K del Kursaal, la actuación tuvo que trasladarse a un espacio más pequeño que algunos lo conocemos por ser la zona de recogida de entradas del Festival de Cine.

Como no hay mal que por bien no venga, fue maravilloso tener literalmente a mano al pequeñito Fields con un sonido muy aceptable. Entre las veteranas estrellas del soul que el éxito les ha sobrevenido en edad de prejubilación, no hay nadie que en directo le haga sombra. El trono es para Fields. Mantiene un chorro de voz a prueba de balas, se mueve y baila con agilidad y su energía, pasión y autenticidad se mantienen inalterables al paso del tiempo. Charles Bradley y Sharon Jones, ambos aquejados de problemas de salud en estos últimos años, están a día de hoy varios peldaños por debajo.

A pesar de que se mueve en los habituales estándares del revival soul (dos vientos, un teclista, guitarra, bajo y batería), los temas instrumentales no suenan a relleno (“All I need” es carne blaxpoitation) a la espera de que aparezca el divo. Y, a veces, hay giros inesperados como el salvaje fuzz de guitarra a los The Seeds en “Make the World better”, un tema nuevo que junto con el medio tiempo “Be another you” formarán parte de su próximo trabajo Special Night, y que interpretó por primera vez en directo.

Una pena que el excelente "Emma Jean" (2014) haya pasado un poco de puntillas porque algunos de los mejores momentos llegaron de la mano de su último LP. La desgarradora “Don´t Leave me this way”, por ejemplo, arrancó aplausos durante la canción; imposible contenerse ante la avalancha de emociones que suscita la interpretación. “Talk to somebody” sonó a robusto soul-rock y supo darle un toque juguetón a temas como “Just can´t win” y “Standing by your side”. Nos quedamos con las ganas de saborear “Eye to Eye”, eso sí.

Intuíamos que “Faithful man”, su gran himno, iba a cerrar el set. El grito de guerra antes del estribillo debió llegar hasta el Monte Igeldo, en la otra punta de la ciudad. Qué bestialidad. En los bises, “Honey Dove”, con ayuda del público, cerró por todo lo alto la velada. La única pega de un concierto magnífico, lleno de sudor, amor y el eterno fuego del soul, fue que sólo duró 75 minutos. Hubiéramos dado medio brazo por 15 minutos más.

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