Layabouts, empatía juvenil

Los madrileños Layabouts presentaban al fin su tercer disco de estudio “Savage Behavior” (Homeless Records, 11) en Zaragoza, tras una forzosa cancelación meses atrás por motivos médicos. La coincidencia de fecha con otros conciertos de tirón y similar público potencial, caso de Catpeople y Smile, propició que la banda arrastrase a la sala únicamente a medio centenar de aficionados. Una circunstancia que lejos de desalentar al cuarteto propició un extra de motivación recompensado a su vez con absoluta entrega por parte del jovencísimo público que, por intensidad y satisfacción, consiguió que su presencia cundiera como la de cientos. Esa ardorosa empatía juvenil fue sin duda uno de los desencadenantes del éxito de la velada, junto con una interpretación incontestable y la meritoria nitidez de un sonido que lució a escandaloso volumen. La banda superaba así las limitaciones de un cancionero aceptable, con una actitud efusiva y cómplice plagada de tópicos del género siempre funcionales que incluyeron poses roqueras, bajadas del escenario, y posteriores subidas a la barra del local blandiendo el poder de la guitarra. Son formas y maneras que en ocasiones incluso desbordan los parámetros clásicos del rock para acercarse desvergonzadas al garage y el hardcore, con especial mención para esa bestia tras la batería que es Víctor Álvarez. El grueso del repertorio resultó centrado en su mencionada última entrega con temas como “Fire”, “On My Side”, “Chevy” o “To The End”, y completado con recuperaciones destacadas como “You Got It” o “Fine For Me”, además de la presentación de un par de temas aún inéditos y la revisión del clásico “Inside Looking Out” de The Animals. Los bises con “Rollercoaster” y “Rock’s Dead” desataron una de las tan habituales melés acontecidas en el apogeo grunge de los noventa, certificando la convicción y eficiencia del grupo sobre las tablas.