La Troba Kung-Fú, calentado motores

Joan Garriga lo resumió a la perfección desde el escenario cuando, dirigiéndose al público nos espetó: “Vosotros estáis en plena temporada, pero nosotros justo estamos empezando...”. Y es que el concierto de ayer en una repleta Sala Apolo de Barcelona sirvió para despejar dudas y confirmar una serie de cosas. Para empezar que el poder de convocatoria de la banda lejos de retroceder, va a ir en progresión sin ningún género de dudas. Llenar el Apolo con tan sólo unos pocos días de organización acelerada y promoción apresurada, no está al alcance de cualquiera. También sirvió para dar a conocer los temas que formarán parte del segundo álbum de estudio de la banda de La Garriga y ver la reacción del público ante lo desconocido. Y ese es otro aspecto en el que pueden darse por satisfechos. Cómo era de esperar las canciones que mejor acogida tuvieron, fueron las más ligadas a ritmos tan reconocibles como bailables. Es decir, por un lado esa ranchera tan estupenda que es “Yo soy”, con una letra tan certera como inteligente. Y por otro lado la cumbia de “María Hernández” aderezada por las danzas de espontáneas que con gran desparpajo se subieron al escenario. También ese medio tiempo rumbeado que es “Flor de Primavera” por ser el único adelanto hasta el momento publicado del nuevo disco. Sin embargo canciones como “Y se ríe la muerte” o “Subway Walk” pasaron más desapercibidas de lo que a buen seguro acabarán convirtiéndose a la que les den algo de rodaje. En especial la segunda con ese rapeado tan vacilón como orgulloso, aderezado por un contagioso estribillo en inglés que está llamado a convertirse en un nuevo clásico de su repertorio. De las nuevas  tan sólo me sobró el ritmo dub sinuoso y lento de “Take Your Time”, que puede servir para que los músicos se tomen un respiro, pero coarta un poco el ritmo de un concierto que, sin llegar a ser todo lo trepidante que la Troba Kung-Fú puede llegar a lograr sobre un escenario, sí nos dejó con un estupendo sabor de boca en forma de sonrisa de oreja a oreja. Y es que, aunque su segundo trabajo sólo tenga el defecto de ser de duración más bien corta, el concierto sobrepasó las dos horas en las que hubo tiempo para revindicarse con “Cumbia Infierno” o hacer las delicias del respetable con clásicos ya del todo ineludibles como “La cançó del lladre” o un “Volant” coreada con fuerza. Y si el bolo fue una especie de test para probar motores, corregir diseños y dar los primeros tiempos de entreno, la victoria en la próxima temporada yo la daría por asegurada… Aunque como dicen en mi tierra “Fins que no estigui en el el sac i ben lligat… “