A estas alturas, ya no hay mucho que decir sobre los lunes, y más aún sobre aquellos que, como el de ayer, suponen para la mayoría una vuelta a la rutina, a las bandejas de entrada llenas, a los madrugones y a las prisas. Pero nada como una buena cena para apaciguar el bofetón de realidad. Una cena de esas que mezcla ingredientes aparentemente incombinables pero que acaba resultando exquisita, que tiene lugar en la mejor ubicación posible y que ha sido cocinada a fuego lento por un equipo lleno de ganas de dejarnos con el mejor sabor de boca. Algo así como el Festival Mússol 2021.
Música y solidaridad: estas dos ideas, que se funden en su nombre, llenaron una Sala Barts de Barcelona emocionada y dispuesta a aplaudir todo lo que sucedía en el escenario, que vio pasar artistas tan distintos como entregados a la causa y agradecidos a la jovencísima organización, encabezada por Arnau Grabolosa, de solo 19 años. En esta segunda edición, todos los beneficios obtenidos fueron destinados a La Casa dels Xuklis, una casa de acogida temporal para las famílias que tienen que desplazarse para que sus hijos puedan recibir el tratamiento contra el cáncer en algunos hospitales de Barcelona, impulsada por la AFANOC (Associació de Familiars i Amics de nens Oncològics de Catalunya) y “RockpelsXuklis, música pels joves amb càncer”.
Los encargados de abrir la noche fueron Sabana, una más que prometedora banda de Granollers de pop de otoño, como ellos mismos se definen, que sonó genial pese a su escueta trayectoria y a los probables nervios de inaugurar una noche así. "Troba'm però no em busquis", "Dock St." y "París, 346", que contó con unos versos de vientos espectaculares, fueron los tres temas de su último disco, 'Ja no m'hi encanto', que interpretaron en el inicio del Mússol 2021.
A continuación fue el turno de dos artistas que no pueden ser más diferentes pero que impresionaron del mismo modo, uno por su impactante talento vocal y otra por su tímida sensibilidad. El primero fue Alex Dee, encargado también de inaugurar la banda que acompañó al resto de artistas y formada por miembros de la ESMUC o el Taller de Músics, que funcionó a la perfección con temas como "Anytime" o "Helluvalova". Le siguió Núria Graham, que entre otras interpretó "Marjorie" con la sensibilidad y discreción que la caracteriza y que apareció más tarde para ser la cereza del pastel de la actuación de Amaia.
"Pureza", el último disco de Queralt Lahoz, hizo acto de presencia y de qué manera. La cantante de Santa Coloma de Gramanet cantó "Con poco", "Tu boca" y "El tiroteo" levantando palmas hasta en la parte más alta del anfiteatro de la Barts. Una Meritxell Neddermann tras el piano nos dejó perlas como "Ja no vull" y dio paso al enésimo cambio de registro de la noche con la actuación de Sr. Chen. "Tu culo pa mí", "Tabú" y la tierna "No matis al nen!" precedieron a "DIOS", que interpretó junto a Sr. Wilson, que destacó por su capacidad de motivar al público y su freestyle.
Y entonces fue el turno del postre ideal para nuestra cena de lunes: Amaia Romero. Un piano de cola, una guitarra, su fiel compañera Núria Graham y una banda a su medida la acompañaron durante "Perdona (Ahora sí que sí)", "Porque apareciste", "Nadie podría hacerlo" y "El encuentro". El Niño de la Hipoteca, por su parte, fue el chupito de orujo que ayuda a digerirlo todo pero deja el evento en todo lo alto gracias a sus altas dosis de caña y nostalgia. El rapero de Lleida Yung Rajola, que presentó el acto, se encargó de cerrarlo anunciando que el Mússol tendrá una tercera edición el año que viene, esperemos que tan deliciosa como la de 2021.
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