Los guapos del barrio

Dos fechas con el cartel de sold out rubrican que La Plazuela son la nueva perla de la siempre influyente escena granadina. Con su esperado debut largo ya en la calle, la Industrial Copera coronaba a su hijos predilectos y se convertía por una horas en el Roneo Funk Club.

Y encima son guapos, comentaba alguien. Pues sí, son los guapos del barrio, ese que han conseguido visibilizar en sus canciones, ese donde se escucha con las ventanas de par en par lo mismo a Jamiroquai que a Los Cali o Daft Punk, a Morente, Alizzz, Fondo Flamenco o incluso Lori Meyers ¿serán estos los nuevos Lori Meyers?. Porque lo de ellos es generacional, la nueva ola que vislumbra la modernidad en lo puro, sin estilos pero con mucho estilísmo.

Cuando el invierno se va y llega la primavera los chavales que hacen tiempo van ya pa La Plazuela... Suena La Ida, prólogo de ese relato existencial con el que arranca el álbum y el Roneo Funk Club levanta la persiana presidido por un neón rojo granao. Indio y Nitro aparece de la oscuridad silueteados por las luces de contra, desde ese callejón del Albaycín a una Copera que ya con la Primerica Helá luce primaveral. Sobre todo cuando emergen los coros de Aroa Fernández y Aroa Palomo. Buena compañía en el escenario y mejor todavía entre el público. Colegas venidos de toda Graná y algunos más allá (Francia, Suiza…).

Es el día del encuentro con todos y todas las que en algún momento han compartido vida y obra en La Placeta de la Charca. Dedicado a los amigos de siempre clama el Indio. Porque lo de La Plazuela no es flor de un día, a nadie los que están esta noche en La Copera les sorprende el oficio en directo de estos dos que se han partío la carita de guapos en bolos y saraos desde casi los tiempos del Soulseek. Precisamente este corte, es uno de los del nuevo disco que más crece en directo en relación con el resto. Ya me lo adelantó Elena desde la mesa, encargada de dar cuerpo a esa miscelánea de sonido caño roto, funk, y hasta toques de la french wave y por supuesto flamenco. Ese Camino de Cristales por donde transita el álbum de La Plazuela y en el que lo mismo te encuentras un vocoder que la cristalina voz de Ángeles Toledano. Y ahí estaba ella, para protagonizar con Manuel junto a la guitarra de Nacho Morales el tramo flamenco con Perico el de la Tomasa como protagonista.

Con Parao frente a la muerte, vuelven a recordar el camino largo que les ha llevado hasta aquí y sobre todo los momentos en los que la mente a flaqueado. Entonces  irrumpe la Tarara en la Copera, porque hoy había salido de fiesta y la rave se atisba en el horizonte. Péiname Juana que el bajo de José Luis Mesa "Yoglle" nos va a romper el cuello con ese groove a lo John Deacon en Another one bites the dust. La mente se libera Y sí, flotamos en la marea, y aquí nadie se hunde porque no hay nadie más valiente que tú, más torero y más gitano. La Antigua Judería zapatea en un techno de ida y vuelta, ese que mezcla la guitarra de palo del Lince con la cacharrería house del Indio a su manera, porque la moda de Madrid a Graná no nos llega, para qué, La Plazuela van al margen de todo y eso les está dando un foco propio.

Sube la temperatura en un verano que se adelanta y que a la mayoría del personal que estaba por allí lo van a pasar de nuevo en el Realejo Beach. Suena a final pero aquí nadie quiere volver a casa. Con la folktrónica de Mira la niña se desata la rave que no tiene más remedio que culminar con unos tangos, los de la Copera que enciende toda su artillería laser para un epílogo deslumbrante. Nos despedimos por colombianas, La Vuelta pone una rúbrica a la que me adhiero: no tengo más que ofrecer que las cosas que he vivío. Así es.