Lo anunciaban como La Fiesta Más Grande del Año, y estamos seguros de que para muchos de los 9.000 asistentes lo fue. Y es que no todos los grupos pueden presumir de celebrar un decimoquinto aniversario, y mucho menos de haber cumplido esa edad acumulando éxitos. Pero La Pegatina es un grupo especial, con duende, con flow, con arte, capaces de hacer que bailes y disfrutes cada una de sus canciones durante casi tres horas. Y Madrid fue testigo de hasta dónde puede llegar la imprevisibilidad de estos catalanes.
Concretamente el Wizink, con las entradas agotadas desde hace días e impaciente por ver las incontables sorpresas que nos tenían preparadas los de Moncada y Reixach. Comenzando por la actuación de Balkan Paradise Orchestra (banda formada en Barcelona e íntegramente por mujeres) como anticipo de lo que nos esperaba: una noche repleta de música de mestizaje creada para olvidarnos de todo y sólo pensar en una cosa: bailar.
Y así fue desde el primer momento: La Pegatina comenzó su show con la melodía de “Gat Rumberu” para dar paso a dos de sus canciones más emblemáticas: “Heridas de Guerra” y “Y Volar”. Un auténtico delirio musical para los amantes de los instrumentos de viento, cuerda y percusión, propios de un grupo que se maneja con la misma soltura sobre ritmos de rumba catalana que de ska, merengue, reggae o lo que se les antoje. Porque una de las grandes virtudes de la formación catalana es esa: sorprendernos con cada canción y cada directo, que nada se repita ni suene igual a lo anterior.
Y a ello ayudaron el gran número de amigos (que no colaboradores) que se subieron al escenario del antiguo Palacio de los Deportes. Muchos de ellos ya estaban anunciados, pero ver sobre la pista a artistas de la talla de Macaco, Ander Green Valley, Amaral, Rozalén, Arco, Rayden o el Niño de la Hipoteca añadieron un toque de color a un directo rebosante de alegría y diversión. Al igual que la participación de Arkano, quien improvisó unos freestyles bajo la música de una banda de Mariachis, otra de las sorpresas y cuyos floridos ritmos mexicanos amenizaron también “La Sorranchera”. Sin olvidarnos de la vuelta al escenario de la Balkan Paradise Orchestra para interpretar “Ahora o Nunca” y “No som d´aquí”. Entre todos nos mostraron que La Pegatina, además de un grupo, es una gran familia reunida en torno a la música.
Pero el sonido no fue lo único destacable del espectáculo ofrecido por Andrià Salas, Rubén Sierra y los suyos. Todos los actores secundarios estuvieron a la altura, con un impresionante escenario dotado de tres pantallas gigantes y una extensión hacia el público, lluvia de confeti y una iluminación excelente. Todo ello, apoyado por Producciones Yllana, nos hacían darnos cuenta de que estábamos ante un concierto especial, tanto para La Pegatina como para el público.
Y así transcurrió, durante casi tres horas, la gran Fiesta pegatinera. Pero todo lo bueno llega a su fin, y tras más de 30 canciones, el aniversario comenzó a acercarse al suyo. Aunque, eso sí, lo hizo a lo grande: La Gran Pegatina (el supergrupo compuesto por la propia Pegatina, La Canija, Víctor Guadiana, Roberto Elekes, Tuli y Pipo Ti) resurgió para deleitarnos con tres últimas canciones que llevaron al público al éxtasis: “Vamos a por ti”, “Lloverá y yo veré” y “Maricarmen” (su hijo es el último en salir de todas las raves). Mención especial para esta última, con tod@s l@s artistas colaboradores sobre el escenario, disfrutando y bailando una de las canciones más representativas del grupo. Un momento con nostalgia también, que nos hace desear que La Gran Pegatina realice otra gira como la que arrasó los escenarios estatales hace ya dos años.
Pero no fue la última sorpresa del día, ya que para culminar su gran noche llovieron del techo nada menos que 10.000 calcetines. Una lluvia que tenía dos findes: lograr un récord Guiness y provocar una guerra de calcetines como colofón a la fiesta. Misión cumplida, con un público entregado a la originalidad de la Pegatina, excelentes tanto en lo musical como a la hora de conectar con el público. Y a quienes, además, se les vio visiblemente emocionados y orgullosos por haber conseguido lo propuesto: La Fiesta Más Grande del Año.
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