La Costa Brava

Ganaron. Ganamos. Hablar de Sergio Algora y de La Costa Brava envuelto en una nube de tristeza no tiene cabida en estas líneas. Claro que hubo muecas incómodas, y lágrimas, pero sobre todo hubo mucha alegría. Así lo quisiera Sergio, así lo quisieron los señores que subieron al escenario y así lo quisimos todos los que cantábamos frente a ellos. “La gente ahí fuera igual cree que hoy es un día triste. Nada de eso”, comentaba Ricardo Costa Brava con Sergio Tachenko en camerinos antes de salir al escenario. Si es lo que hay que pensar, lo pensaremos. Y blindado, con esa frase en mi cabeza, busqué sitio entre las primeras filas. Sonó “Dos ostras” con Eloy, primer bajista de La Costa Brava y también miembro de Muy Poca Gente, y Roberto de Grande-Marlaska como primeros ilustres invitados. “Natalia Verbeke” y turno para Andrés Perruca, compañero de Algora en El Niño Gusano para regalarnos “Déjese querer por una loca”. La primera lágrima asomaba con “Natascha Kampus”. Al carajo blindaje. Para colmo, Liborio, de Picore, último bajista de LCB subía al escenario. “Es mi canción favorita” me contaba Liborio en medio del Pirineo pocos días después de dejarnos Algora. Por suerte, Sergio Vinadé venía a quitarle hierro al asunto (¿cómo logra tener siempre una sonrisa?) para acabar de rodillas frente a LCB al terminar de cantar “Mi última mujer”. Intenso. “Olímpicos”, “Amor bajo cero” y turno para que Iván, otro de los músicos que tuvo el privilegio de tocar el bajo en LCB, subiera al escenario a interpretar “El cumpleaños de Ronaldo”. Grandes. Como grande la siguiente aparición sobre las tablas. Turno para Rafa Domínguez, uña y carne de Algora en el seno de Muy Poca Gente y suena “Justicia poética”. Cambio de bajistas en “Hazte camarera” y Willie Carrots se adueñaba del micro para poner la voz a “Mujeres y días”. Los hits se sucedían, nosotros ganábamos por el momento. “Falsos mitos sobre la piel y el cabello” y de nuevo un vuelco al corazón. Dani Garuz, DA, socio de Algora en Muy Poca Gente y los primeros LCB aparecía por sorpresa para decirnos que “la vida es muy corta, la vida es mejor…” durante la versión de Los Módulos que LCB bordaron. Otra lágrima. Dos. Pero vaya, la alegría hacía aparición sobre el escenario con todos los invitados a una cantando “Treinta y tres”. “Canción de regalo” sería el final antes de un bis que abriría Ricardo en solitario y con la guitarra tocando “La parte más feliz”. Fran haría lo propio con “Tres años” justo antes de que “Adoro las pijas de mi ciudad”, con coreografía del artista plástico y músico Yann Leto incluida, sobrevolase nuestras cabezas. ¿Y saben cómo nos despidieron todos los que por allí pasaron? Con el eterno hitazo que Julio Iglesias hiciera famoso “La vida sigue igual”. ¿Y saben lo que dijo Perruca tras ese estribillo? Pues dijo ‘¡y una mierda!’. Y mala suerte, pero Perruca, chaval, tienes toda la razón. Hasta pronto majos. Buena suerte y mil gracias por todo.