A cuentagotas y generando una gran expectación, así se desarrollaban las informaciones que los Crystal Fighters iban ofreciendo durante los últimos meses sobre su actuación en las cuevas de Zugarramurdi. No hubo lugar para la decepción en el día que servía de presentación para su último trabajo y los pocos afortunados que pudieron hacerse con una entrada para disfrutar de la jornada siempre podrán decir con orgullo que estuvieron ahí, en la tan deseada Cave Rave de los británicos.
Las tres de la tarde era la hora marcada para el inicio de un plan que no terminaría hasta la madrugada del viernes. Naturaleza, folclore vasco, bertsolaris, txalaparta y demás ingredientes componían la pócima mágica de unos Crystal Fighters que contaron con el apoyo incondicional de Belako y Wilhem and the Dancing Animals para dar comienzo al akelarre de presentación de su nuevo álbum "Cave Rave". Los pamploneses Wilhem and the Dancing Animals fueron los encargados de probar las capacidades acústicas de una cueva que poco a poco iba reuniendo a los participantes del rito mágico. En su actuación confirmaron su condición de banda con proyección estatal e impregnaron de ritmo hasta el último rincón de las cuevas a través de un directo que no hubiese importado alargar algo más si no llega a ser porque los protagonistas de la jornada pedían paso.
Belako les tomaron el testigo y demostraron de sobra por qué su nombre suena cada vez con más fuerza en la parte norte del país. Sin duda, ambas formaciones merecían un hueco en la fiesta de las brujas, siendo buena prueba de ello la calidad de ambas actuaciones.
Crystal Fighters irrumpieron como un ciclón en el escenario precedidos por unos instantes musicales con la txapalarta como protagonista. “Es un sueño cumplido el poder tocar en este lugar”, anunciaban a través de unos elogios que se repitieron durante toda la actuación. Pocos de los allí presentes parecían ser conscientes del tornado musical que se les venía encima. Sonaron las primeras notas de “Solar System”, acompañadas por las guitarra de un Graham Dicson revolucionado durante toda la actuación, que dieron a entender que no iba ser una presentación de disco como las habituales. El baile tribal ya había empezado cuando se accionó “Separator” como primera prueba de fuego a la que se sometió la banda para captar la recepción por parte del respetable de su último trabajo. Todo fluyó gracias a un público volcado y a una acústica más que correcta, y los ingleses no dudaron en desplegar toda su energía a través de sus temas más electrónicos. “I do this everyday”, “Swallow”, “I love London” y “Love is all I got” hicieron las delicias de sus más incondicionales y lograron llevar hasta el más profundo trance a los 450 asistentes a la rave, que respondieron con igual efusividad a las melodías de sus temas más nuevos como “Love natural“, “You and I” y “LA Calling”.
Guitarras, ukelele, cencerro, atabal, txalaparta y sintetizadores formaban el concentrado de sensaciones y sonidos que unidos a las voces de la sección femenina de la banda hicieron de himnos como “Follow”, “At home” y “Plage” una fiesta de la electrónica y el tropicalismo. Para finalizar, unas acertadísimas “Xtatic Truth” y “Champion Sound” que arrebataron hasta el último hilo a voz de unos asistentes que todavía quisieron echar el resto en el post concierto organizado en la sala Gazteszena de Donostia. No sabemos si las brujas existen, pero Crystal Fighters nos hicieron creerlo por un día.
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