Si Kurt Baker hubiera escrito la carta de amor que James Rhodes le dedicó a España -y más concretamente a la ciudad de Madrid- habría cambiado algunas cosas. Puede que en lo esencial esté de acuerdo con el pianista y autor de “Instrumental”, pero en la vida del músico de Portland hay más barro, obstáculos tan engorrosos como los de los 100 metros vallas y el sal-a-la-calle-y-búscate-la-vida del underground. Aunque en Donostia no dieran la sensación de estar hechos puré, Kurt Baker Combo llevan prácticamente dos meses sin parar de tocar con motivo de la presentación de su nuevo disco, “Let´s Go Wild”. Pero tal vez la hiperactividad del grupo formado por Kurt Baker (voz y guitarra), Juancho López (bajo), Jorge Colldan (guitarra) y Sam Malakiam (batería) es la razón por la que el grupo está siempre perfectamente engrasado, con todas las piezas de la maquinaria en su sitio.
Estos cuatro años han endurecido claramente su sonido sin perder sensibilidad por la melodía. Abriéndose al glam-rock y a otras muchas variantes del rock and roll, en Kutxa Kultur Kluba empezaron muy arriba, a machete, enlazando un tema tras otro, hasta que Kurt Baker, con las primeras gotas de sudor resbalando sobre su frente, presentó su último single, “So lonely”. Quizás porque la sala Kluba no es el espacio más indicado para soltarse la melena, al público le costó acercarse al escenario, romper los dos metros de cortesía y ponerse a bailar. Kurt se esforzó en levantar el ánimo como entertainer que es -“Es sábado noche, ¡es una fiesta de rock and roll joder!”- y poco a poco se empezó a caldear el ambiente. Además de tener muy buen ojo para las versiones -el clásico 60s “Nobody But Me” de The Human Beinz y la sorpresa de la noche, una potente “Behind The Wall Of Sleep” de The Smithereens- dejan sus canciones más pegadizas para el final (“Partied Out”, “Don´t Go Falling In Love”) y montan un set-list sin temas de relleno ni espacio para el aburrimiento.
Se agradecen los guiños populares (con medleys del “Knockin' on Heaven's Door” de Bob Dylan y “What I Like About You” de The Romantics) y poder ver un concierto así con un sonido inmaculado, perfecto. Sam, el batería ruso del grupo, no se animó a cantar “No Fun” de los Stooges como en Bilbao, la velada tuvo un aire más calmado y nórdico, pero acabaron por agotar todas las existencias en el puesto de merchandising. Ha sido la vez que más discos y camisetas han vendido en toda la gira y eso es altamente simbólico.
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