Kitty, Daisy & Lewis han pasado en apenas un par de años de ser una ruidosa novedad para modernos, a ser una banda consagrada con un amplio público en España que sigue llenando allá donde tocan y la Joy Eslava no fue una excepción. Pasadas las nueve y media salían al escenario para lanzarse con el instrumental que cierra su último disco y le da titulo, “Smoking in heaven”. Estaban tan seguros de sí mismos y de su reciente álbum que casi lo tocan entero, comenzando con temas como “I’m going back”, “Don’t make a fool out of me” o “I’m so sorry”, aunque daba un poco igual lo que tocaran ya que la sala estaba rendida a su swing desde el principio.
A mitad del concierto y hacía el final repitieron la formula de sacar a la vieja leyenda del reggae jamaicano Eddie “Tan Tan” Thornton, alguien que, entre el mucho morro que le echa y lo divertido que resulta, obtiene algunas de las mayores ovaciones de la noche, además de romper el clímax más serio que mantienen los tres hermanos. El resto del concierto es un revival bailón en el que discurre un intercambio de instrumentos constante por parte de los hermanos, que van pasándose de mano en mano: banjo, ukelele, armónicas por decenas, batería, guitarras y voz. Algo que consigue dinamizar y mover a un grupo que aún le hace falta un poco de show sobre las tablas. Aunque a mí tanto swing me cansa no se puede negar que allá donde van triunfan y que si te dejas llevar vas a bailar como un loco con temas como “Going up the country” , el más esperado de la noche, junto “(Baby) Hold me tonight”. Todo un entrañable viaje en el tiempo.
I guess honest men may dieffr in their recollection. As I recall it, I met Mayer when I was handing out copies of my self-published memoir ( Epiphanies in Gossamer: A Texas Hill-Country Boyhood ) on a street corner in the Mission District of San Francisco in exchange for donations. I was trying to make a living with an Esperanto Theosophy newsletter, and Mayer convinced me that if we went into termpapers we would soon be farting thru silk, a hair-raising vulgaism that I have been unable to banish from memory.I seem to recall something about an Associated Research phone number, which was our only recourse after Pacific Telephone primly refused to give us an unlisted business account.