El concierto de Killing Joke es difícil de describir con palabras. Jaz Coleman es una mezcla entre el expresionismo alemán de Cesare del "Gabinete del Doctor Caligari" y el Joker de Brian Bolland en “La broma asesina” (“Killing Joke” en su versión original). Su presencia en escena nos da la seguridad de que el apocalipsis va a llegar a final de este año, y que por eso seguramente han sacado su nuevo disco llamado “MMXII” para mostrar su legado. Killing Joke han optado por coger ese post punk e industrializarlo para hacerlo sonar como la banda sonora que todo fan de Ministry o NIN le gustaría tener en su lecho de muerte. El guitarrista Geordie Walker hace que esos riffs machacones bailen al ritmo marcial que marca la batería de Paul Fergurson, todo rodeado de proyecciones y luces parpadeantes.
De su nuevo disco caen cinco temas que el público degusta ansioso de novedad, ya que muchos aún no los habían catado, pero el resto son partes de la historia del grupo. “Requiem” es ese maravilloso tema que fue el segundo single de su primer disco, aunque la verdadera histeria se desata al grito de “Asteroid”, una canción que siempre gana enteros en directo por la manera que tiene Coleman de sacar fuerzas con su gran voz. "The Wait" y su hit "Psyche” han hecho el falso final de la noche ya que tras unos breves instantes salía toda la banda a ritmo de “Wardance” y “Pandemonium” haciendo un brutal colofón para que todo el mundo saliese satisfecho del show a pesar de no haber podido oír otra vez “Love like Blood” en directo.
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